Un jurado popular ha declarado culpable de asesinato, por unanimidad, al último acusado que queda por condenar por la muerte del abogado Alfonso Díaz Moñux en Madrid en diciembre de 2008, quien según el fiscal es el "brazo ejecutor" del plan para asesinar por encargo al letrado.

El declarado culpable es Miguel Ángel D. A., a quien las acusaciones consideran el último eslabón de la organización: la persona que apretó el gatillo para acabar con la vida de Díaz Moñux de dos disparos en la cabeza cuando se disponía a entrar al garaje de su casa en su vehículo la noche del 18 de diciembre de 2008.

El jurado popular, según han informado a Efe fuentes jurídicas y ha confirmado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, ha declarado por unanimidad a Miguel Ángel D. A. culpable de un delito de asesinato alevoso mediante precio con agravante de disfraz y de otro de tenencia ilícita de armas.

Teniendo en cuenta este veredicto, tanto el Ministerio Fiscal como las tres acusaciones particulares que representan a la familia de la víctima han solicitado la pena máxima, 25 años, más otro año y seis meses de cárcel por tenencia ilícita de armas, pero será el magistrado el que concrete la pena en los próximos días.

La defensa solicitó que, en el caso de ser considerado culpable este procesado, se aplicase una atenuante por dilaciones indebidas que rebajase su pena, debido al tiempo que ha pasado desde que se produjeron los hechos hasta que han sido juzgados. Pero esta petición ha sido rechazada por el jurado.

Miguel Ángel ya fue condenado en 2014 a 24 años de cárcel por estos delitos junto a otros siete responsables, pero se fugó cuando el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ordenó la repetición del juicio y permaneció en paradero desconocido hasta su detención en Brasil en octubre del año pasado.

La repetición del juicio que se celebró en 2015 para el resto de acusados acabó con la condena en firme de todos ellos -cuatro colombianos y tres españoles-, con penas de entre 3 y 24 años de cárcel.

Aunque se desconoce al autor intelectual del crimen, durante los tres juicios ya celebrados por esta causa -el primero en 2014, la repetición en 2015 sin el ahora acusado y ahora éste- las investigaciones han señalado a un tal Andrés del que sólo se conoce el nombre.

El propio Díaz Moñux, dos meses antes de ser asesinado, apuntó al entorno de David Pérez Lago, hijastro del narcotraficante gallego Laureano Oubiña, como autor de las amenazas que ya estaba sufriendo, según la víctima por la relación que mantenía en ese momento con su expareja, la también narcotraficante y abogada Tania Varela.

Varela, que iba de copiloto en el coche con Moñux cuando fue asesinado, declaró por primera vez en este juicio como testigo principal, pero sólo relató que se agachó a coger las llaves de su coche del bolso, que estaba a sus pies, y cuando se levantó tras oír unos golpes Moñux ya no contestaba.

Tania no había declarado antes porque se encontraba fugada de la justicia desde hacía cinco años por su vinculación con el narcotráfico hasta que fue detenida el pasado marzo y, de hecho, en su declaración achacó su fuga a una advertencia que le hizo Moñux antes de morir: que se fuera si le pasaba "algo".