Las autoridades sanitarias de Cuba han notificado este jueves más de 900 nuevos casos de coronavirus, con el tercer peor dato desde el inicio de la pandemia de COVID-19 y en un contexto en el que el Gobierno no oculta su preocupación por la evolución de esta ola de contagios.

La isla mantiene más de 5.000 casos activos y acumula un total de 41.688. De ellos, 22 se encuentran en estado crítico y 40 están graves, mientras que 282 personas han perdido la vida víctimas de la COVID-19, cinco más que en el balance difundido el miércoles por el Ministerio de Salud Pública.

El primer ministro de Cuba, Manuel Marrero Cruz, apeló esta semana a la disciplina ciudadana para frenar el alza de casos, que se hace especialmente notable en regiones como La Habana. A esta zona corresponden 461 de los 923 positivos confirmados en el último día.

"Si no cumplimos estrictamente, de manera individual, todo lo que está establecido, es muy difícil avanzar en una recuperación, como queremos todos", ha declaró el martes Marrero, tras una reunión del grupo de trabajo para contener la pandemia.