El Consejo de Ministros de Israel ha decidido aplazar su reunión habitual de los domingos por segunda vez desde la formación del nuevo Gobierno por las discrepancias cada vez mayores entre el primer ministro, Benjamin Netanyahu y su partido Likud, y la coalición Azul y Blanco del ministro de Defensa, Benny Gantz, cuya falta de compromiso podría abocar al país a unas cuartas elecciones en año y medio.

La cancelación se produce a pesar de la inminente fecha límite para resolver una disputa presupuestaria antes de la medianoche del lunes, que podría convertirse en el detonante de estos nuevos comicios.

El ministro de Educación Superior y Recursos Hídricos, Zeev Elkin, del Likud, ha señalado a este domingo que "hubo un diálogo entre las partes" y que "estamos tratando de evitar las elecciones de cualquier manera posible", en declaraciones recogidas por el 'Yedioth Aharonoth'.

La idea de nuevas elecciones es francamente impopular en Israel, un país que lucha tanto contra la pandemia como contra una grave crisis económica.

La ley israelí estipula que el presupuesto estatal debe aprobarse dentro de los 100 días posteriores a la toma de posesión del gobierno, y para ello se había establecido una propuesta inicial de compromiso que tenía que haberse firmado este domingo, sin éxito.

Netanyahu dice que quiere un presupuesto inmediato a corto plazo para brindar rápidamente ayuda financiera a los ciudadanos y las empresas que se han visto muy afectados por las restricciones del coronavirus.

Sin embargo, Gantz esgrime un presupuesto a dos años, cuya aprobación no le suponga un obstáculo cuando sustituya a Netanyahu en el poder, según el acuerdo pactado para el Gobierno de coalición.

El país acumula más de 102.000 casos de coronavirus y han fallecido 819 personas, según el último balance de la universidad Johns Hopkins.