Ángel A. Giménez

Tal es la vorágine de la legislatura que todo cuanto acontece en el Congreso parece atípico. "Sin precedentes" es una expresión habitual entre los diputados y diputadas y amenaza con seguir siéndolo, así que puede ser útil dar unas claves, cinco, para intentar anticiparse a los hechos.

La tramitación de los Presupuestos o las elecciones autonómicas y municipales del 26 de mayo son incidencias que marcarán el viaje parlamentario hasta el próximo verano.

Todo está envuelto en la incertidumbre, de ahí que la dinámica legislativa se encuentre (la mayoría de las veces) condicionada por la estrategia y por la táctica de los partidos.

En un Congreso en el que lo atípico se ha hecho típico, estas cinco claves quizá ayuden a orientarse por el nuevo periodo de sesiones:

1. PROYECTO DE PRESUPUESTOS PARA 2019

El Gobierno entregó el lunes al Congreso el proyecto presupuestario del próximo ejercicio, caracterizado por el aumento del gasto social (salarios, pensiones, ayudas a la dependencia, becas, etcétera). Es la gran baza política del presidente, Pedro Sánchez, y del PSOE.

Pero pensar en su aprobación es pensar en varios escenarios, lo que complica el trámite.

Cataluña es uno de ellos, acaso el fundamental. El Gobierno necesita los nueve votos de ERC y los ocho del PDeCAT, integrados en el Grupo Mixto, y no es sencilla la tarea.

La negociación con las siglas catalanas depende más de lo que pase fuera del Congreso que de lo que pase dentro (juicio a los exconsellers, por ejemplo), de ahí que Gobierno y Generalitat hayan acordado esta misma semana cauces para el diálogo.

Los plazos de tramitación de los Presupuestos sitúan la aceptación o rechazo de las enmiendas a la totalidad a mediados de febrero y la ocasional aprobación sólo en el Congreso, un mes después.

En medio, si el proyecto sortea las enmiendas a la totalidad (lo que será muy significativo porque ello habrá significado el sí momentáneo de ERC y PDeCAT), quedaría un mes casi entero de negociación de enmiendas parciales y de redacción del dictamen que luego debatiría el pleno.

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Este paso es el que el Gobierno considera esencial.

2. LA ÉPOCA DEL DECRETO-LEY

Gobernar sobre una base parlamentaria de 84 diputados es inviable, de ahí que el PSOE haya tejido con Unidos Podemos un traje más holgado (84+67).

Con todo, sacar adelante medidas legislativas sigue siendo arduo, lo que traslada el foco al instrumento del real decreto-ley.

El pleno del Congreso debatirá en un pleno extraordinario, el martes que viene, ocho reales decretos-leyes, entre ellos algunos muy relevantes como el de los precios de alquiler o el de la subida del sueldo de los funcionarios; en suma, dos pivotes de la política económica de Sánchez.

Lo más probable, pues, es lo que está sucediendo hasta ahora: que esos reales decretos se tramiten como proyectos de ley; basta con que un grupo lo solicite antes de la votación.

De hecho, en la Cámara hay en estos momentos una quincena de proyectos de ley en tramitación que provienen de un real decreto, de un total de 24.

3. EL CLIMA DE LA MESA

En este ambiente del "sin precedentes" ocurre que la mayoría de la Mesa del Congreso no tiene nada que ver con la mayoría parlamentaria que fraguó el actual Gobierno de Sánchez.

PP y Ciudadanos, juntos, suman más en la Mesa que PSOE y Unidos Podemos (5 frente a 4), lo que ha dado lugar a una serie de conflictos políticos y a uno de ámbito reglamentario.

Es tradición en la Cámara que si dos grupos piden ampliar el plazo de enmiendas de un proyecto de ley o de una proposición, éste se aplica, y como PP y Ciudadanos lo han hecho en numerosas ocasiones, incluidas iniciativas cruciales para el PSOE, se ha registrado una propuesta de los socialistas para regular las prórrogas de dichos plazos.

Proyectos como el de la memoria histórica o de la transición energética, o proposiciones como las de la reforma del Código Penal, de modificación de la regla de gasto o de la estabilidad presupuestaria llevan semanas y semanas atascados en esas prórrogas.

Que estas se desbloqueen depende, en gran medida, del clima de la Mesa.

4. EL TRABAJO DE LAS COMISIONES

Lo inédito se ha colado también en el número de comisiones parlamentarias, incluidas las "mixtas" formadas con el Senado, que operan actualmente en las Cortes Generales. Hay 42 en total, una cifra elevadísima, y sin contar subcomisiones y ponencias.

A las 21 permanentes legislativas se añaden las 10 permanentes no legislativas, dos no permanentes (organización del Estado autonómico y estudio del modelo policial del siglo XXI), tres de investigación y seis mixtas permanentes, entre ellas la del "Brexit".

Sus trabajos son fundamentales para que cuajen propuestas como el Pacto de Estado contra la violencia de género o la regulación de la seguridad en las redes, pero también para acelerar o ralentizar el ritmo de la actualidad política.

Aunque algunas comisiones han ido al ralentí (la de la organización del Estado autonómico, por ejemplo), otras no han bajado el ritmo, caso de la comisión que investiga la financiación irregular del PP.

Las comparecencias que ha solicitado, la de José María Aznar sin ir más lejos, han atraído focos y cámaras y es probable que lo siga haciendo durante estos meses que vienen.

5. LAS IMPLICACIONES DEL "BREXIT"

El 29 de marzo de 2019 será historia porque o Reino Unido demora su salida de la UE o se despide por las bravas.

Cualquiera de las opciones tiene ramificaciones en los estados de la Unión, pero la última, obviamente, pondría a trabajar a toda velocidad la maquinaria que el Gobierno, en diálogo con los grupos parlamentarios, viene diseñando desde hace meses.

Porque una salida dura de Reino Unido activará la proliferación de una serie de decretos para que se tramiten con brevedad y regulen cuanto antes la situación de ciudadanos ingleses que residen en España, de compañías como Iberia (aliada con British Airways) o de empresas de transporte, por citar unos ejemplos.