Cinco civiles han muerto en atentados perpetrados este sábado en las provincias de Deir Ezzor y Hama, según ha informado la agencia de noticias siria, SANA.

En uno de los ataques han muerto cuatro civiles y 36 más han resultado heridos por la explosión de una bomba colocada por milicianos del Estado Islámico en Shula, en la provincia de Deir Ezzor, en el este del país.

Una mujer ha muerto y cuatro personas más han resultado heridas, incluidos y dos niños, en un ataque con lanzacohetes en Al Suqailabiya, en la provincia de Hama, en lo que supondría una nueva violación del acuerdo de alto el fuego.

SANA asegura que el ataque fue lanzado desde la frontera con la provincia de Idlib, controlada por los rebeldes, desde donde lanzaron varios proyectiles contra barrios residenciales de Al Suqailabiya.

La guerra civil siria comenzó en marzo de 2011 a raíz de la revuelta contra el presidente, Bashar al Assad, y se ha cobrado desde entonces unas 40.000 vidas. Los rebeldes contaron con el apoyo de potencias árabes, mientras que el respaldo de Irán y Rusia ha sido fundamental para que en los últimos meses el Ejército se perfile como la fuerza más poderosa del país.

Ahora las milicias de la oposición se encuentran concentradas en la provincia de Idlib, mientras que en el noreste se ha creado una federación kurdo-árabe respaldada por Estados Unidos.

En septiembre, Rusia, un aliado clave de Damasco, y Turquía, que apoya a algunos grupos rebeldes en Siria, alcanzaron un acuerdo para crear una zona desmilitarizada en Idlib, una decisión que impidió una ofensiva gubernamental en esta región. Idlib está controlado por el grupo Hayat Tahrir al Sham, una coalición de milicias que incluye a la antigua filial de Al Qaeda en Siria, el Frente al Nusra.