El ministro de Universidades, Manuel Castells, ha afirmado este jueves que acata pero está en desacuerdo personalmente con la sentencia que condena a la Universidad de Barcelona (UB) por hacer un manifiesto contra la sentencia del 1-O.

Se ha referido Castells así a la reciente condena a la UB por vulnerar el derecho a la libertad ideológica, de expresión y de educación y por su falta de neutralidad a raíz del manifiesto suscrito por varios rectores catalanes el pasado año en contra de la sentencia del "procés".

En su comparecencia en la Cámara alta, el ministro ha contestado a las preguntas que sobre el asunto le han hecho las senadoras de Junts per Catalunya y Esquerra, entre otras, y quienes han rechazado que se limite la autonomía de las universidades.

"Acatamos las sentencias judiciales, no se puede esperar otra otra cosa por parte de un ministro", ha afirmado.

"Lo que pienso como persona y ministro" es que en todas las universidades gozan de autonomía y de libertad de expresión que cubre "cualquier declaración institucional", pero si luego es anulada "hay que acatar", ha insistido.

Pero Castells ha añadido: "expreso mi desacuerdo personal" con el hecho de que una institución no puede hacer una declaración por un problema que "genera emoción".

Ha considerado que declaraciones como la de los rectores de la UB forman parte del "pensamiento crítico universitario" y de su "función social crítica".

"Las universidades son el último espacio donde se refugia la libertad, siempre, en todos los sentidos y para cualquier tipo de ideología", ha aseverado.

Ante las críticas de la senadora de Ciudadanos María Ponce a su postura sobre el tema, Castells ha reiterado que "se acata la sentencia judicial" desde el punto de vista del Gobierno pero "sobre el principio fundamental de que una universidad puede pronunciarse en términos de contendios de derechos humanos o denunciar lo que le pueda considerar un escándalo en un momento".

"Digo en general y no con respecto a Cataluña", ha incidido Castells en asegurar que eso es lo que se mantiene en todas las universidades del mundo, por ejemplo, cuando se han pronunciado contra el apartheid, el boicot a abusos contra minorías; "es una gran tradición universitaria global", ha recalcado.

"No me pongo de perfil, es respetar a la justicia y al mismo tiempo mantener mi pertenencia a una comunidad universitaria global que defiende los derechos humanos y las causas de a humanidad en cualquier situación", ha añadido.