Eduardo Palacios

Entre susto y consternación han vivido los vecinos de Calahorra la explosión registrada este mediodía en uno de los depósitos de la planta de biodiésel ubicada en el polígono de El Recuenco, que ha provocado la muerte de dos trabajadores y una gran nube de humo negro, que, en principio, no tiene afección para la salud.

"Perdona, pero estamos en shock y no vamos a hablar", ha explicado a Efe uno de los trabajadores de esta planta, rodeado de algunos de sus compañeros, todos ellos visiblemente afectados por lo ocurrido.

Poco antes de la una de la tarde, los servicios de emergencias han recibido el aviso de una explosión en la empresa Iniciativas Bionergéticas, que gestiona la planta, hasta la que se han desplazado, en un primer momento, ambulancias y la Policía Local de Calahorra.

Pero nada más comprobar que era la planta de biodiésel, han acudido dotaciones de bomberos desde Logroño, Protección Civil y agentes de la Unidad de Acción Rural de la Guardia Civil y especializados en el tratamiento de sustancias químicas, que ayudan en las labores de extinción del fuego, algo que "tardará bastante", según han asegurado los responsables del operativo.

Para cuando han llegado los servicios de emergencias, el resto de trabajadores de la planta, con una plantilla de unas 25 personas, habían logrado salir ilesos, aunque una veintena han sido atendidos por inhalación de humo y ansiedad.

En estos momentos se efectuaban trabajos de soldadura en las instalaciones y desde el primer minuto ha empezado a extenderse la idea por la zona de que los fallecidos son dos de los operarios que realizaban esas funciones y que pertenecían a una entidad externa a la empresa.

Ni el Gobierno regional, ni la Guardia Civil, ni el Ayuntamiento lo han confirmado, pero, por diferentes redes sociales, colectivos de Calahorra expresan sus condolencias a la familia de un joven de 32 años de la localidad, quien trabaja en el sector de la carpintería metálica y que presuntamente es una de las dos víctimas mortales.

Tampoco lo han confirmado los trabajadores de la planta, una docena de los cuales se ha concentrado en una explanada, fuera del perímetro de seguridad de un kilómetro que se ha establecido tras la explosión.

Mientras, la nube de humo continúa horas después, aunque los técnicos confían que, por la fuerza y la dirección del viento, no llegue al casco urbano de Calahorra ni a otros municipios de alrededor, como Rincón de Soto.

No obstante, se mantiene el perímetro de seguridad, que al principio ha sido de un kilómetro y luego se ha reducido a 600 metros, y, aunque ya se ha retomado la actividad en muchas empresas del polígono, las más cercanas siguen desalojadas, mientras que unas 80 personas trabajan en la extinción del incendio.

Además, otros grupos especializados de las fuerzas de seguridad trabajan para determinar las causas del siniestro y confirmar la identidad de los fallecidos.

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Hasta la ciudad calagurritana se han desplazado, junto a la alcaldesa, Elisa Garrido, varios miembros del Gobierno de La Rioja, como su portavoz, Álex Dorado; y la consejera de Salud, María Somalo; a los que se unirá esta tarde su presidenta, Concha Andreu, natural de Calahorra.

La explosión en esta planta de Calahorra tiene un precedente similar en una factoría de biodiésel de la empresa Biocom Energía de Algemesí (Valencia), que provocó, el 6 de febrero de 2016, dos muertos y una tercera persona resultó muy grave.

El último percance con víctima mortal por explosión en una empresa tuvo lugar el 31 de marzo de 2022, cuando una persona falleció y tres resultaron heridas a consecuencia de una deflagración en una fábrica de incubación de huevos en Morón de la Frontera, en Sevilla. EFE.

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