El primer ministro de transición de Burkina Faso, Apollinaire Kyelem de Tambela, ha hecho balance este martes de sus seis meses al frente del Gobierno y ha afirmado que no se pueden celebrar elecciones "sin seguridad" en el país.

En respuesta a una pregunta de un diputado sobre la organización de las próximas elecciones en Burkina Faso, el primer ministro de transición ha puesto el ejemplo del líder opositor de Malí, Soumaila Cissé, quien fue secuestrado en el país. "Para mí no hay elecciones sin seguridad", ha sentenciado.

Por otro lado, ha señalado durante un discurso a la nación que cuando el jefe de la junta militar de Burkina Faso, Ibrahim Traoré, llegó al poder "el país no contaba con un Ejército a la altura de los desafíos", en referencia a la inseguridad.

En este sentido, ha asegurado que, gracias a Traoré y a las nuevas alianzas que Burkina Faso ha tejido con países como Rusia, China, Turquía, Irán, Corea del Norte o Venezuela, el Ejército está ahora "en camino" de ser una mejor institución, con más personal y mejores armas, ha recogido el portal de noticias Le Faso.

"Se crearon seis batallones de intervención rápida (BIR), seis legiones de gendarmería, dos nuevas bases aéreas. Se procedió al reclutamiento de 6.000 soldados y actualmente se encuentran en proceso otros 5.000. Finalmente, se reclutaron 50.000 voluntarios para la Defensa de la Patria (VDP)", ha afirmado.

Asimismo, el primer ministro de transición ha apuntado a que la "reconstrucción de la sociedad consistirá ante todo en dotar al país de una Constitución que refleje las aspiraciones de los pueblos. "La verdadera reconciliación es la que consiste en reconciliar a la sociedad consigo misma, con su pasado y con su historia", ha dicho.

Por otro lado, también ha asegurado que el Gobierno ha brindado asistencia a más de tres millones de personas "gracias a la financiación acumulativa del Estado" --238.000 millones de francos CFA-- y los socios humanitarios.

Traoré encabezó en septiembre una asonada que fue considerada un 'golpe palaciego' por parte de un sector de la junta militar enfrentado al hasta entonces líder de la junta, Paul-Henri Sandaogo Damiba, que tuvo lugar ante el continuo deterioro de la situación de seguridad y los atentados por parte de grupos yihadistas.

Burkina Faso ha experimentado en términos generales un aumento significativo de la inseguridad desde el año 2015, con ataques obra tanto de la filial de Al Qaeda como la de Estado Islámico, lo que ha provocado una oleada de desplazados internos y refugiados hacia otros países de la región.