Alrededor de 40 personas han muerto en una serie de ataques perpetrados durante el fin de semana por personas armadas no identificadas en el norte de Burkina Faso, según han confirmado fuentes de seguridad, ante el repunte de la inseguridad a causa de las operaciones de grupos yihadistas.

Según las informaciones recogidas por el portal burkinés de noticias Infowakat, al menos 17 personas --15 civiles y dos 'voluntarios' reclutados por las autoridades para apoyar a las fuerzas de seguridad-- murieron el sábado en una emboscada en la Región Este.

El ataque fue perpetrado en el eje que conecta Tambarga y Namaouyouri, en Kompienga, contra un convoy de civiles que contaba con la escolta de un grupo de voluntarios, sin que por el momento haya reclamación de la autoría.

Por otra parte, al menos cinco 'voluntarios' y un civil murieron en un enfrentamiento en Ouadalan, en la región de Sahel, mientras que ocho 'voluntarios' y doce civiles murieron en Guessel. Las autoridades de Burkina Faso no se han pronunciado por el momento sobre estos incidentes.

El país africano, liderado por una junta militar desde el golpe de Estado de enero contra el entonces presidente, Roch Marc Christian Kaboré, ha experimentado en términos generales un aumento significativo de la inseguridad desde el año 2015, lo que ha provocado una oleada de desplazados internos y refugiados hacia otros países de la región.

Los ataques, obra tanto de la filial de Al Qaeda como de la de Estado Islámico en la región, han contribuido también a incrementar la violencia intercomunitaria y ha hecho que florezcan los grupos de autodefensa, a los que el Gobierno burkinés ha sumado a 'voluntarios' para que ayuden en la lucha antiterrorista.