El balance de muertos en los enfrentamientos registrados esta semana entre agricultores y pastores que sacude la provincia de Mayo Kebbi Este, en el suroeste de Chad, ha ascendido a 22, según ha confirmado este viernes el Gobierno, que ha apuntado que más de 30 personas resultaron heridas en estos incidentes.

"Muchas localidades de una parte y otras fueron incendiadas. El ganado, los alimentos y los bienes materiales fueron arrasados o saqueados", ha manifestado el ministro de Comunicación del país africano, Chérif Mahamat Zene.

El ministro, que ha condenado "firmemente" los enfrentamientos, ha resaltado que "todas las personas implicadas de una forma u otra en este conflicto responderán por sus actos ante la Justicia". Por el momento han sido detenidas más de 60 personas, tal y como ha informado el portal chadiano de noticias Alwihda.

Según el diario 'Journal du Tchad', los enfrentamientos estallaron el lunes en la localidad de Bélé y se extendieron desde entonces a otras. De acuerdo con los residentes, los pastores habrían arrasado los campos de algunos agricultores, quienes a su vez respondieron, desencadenando violentos enfrentamientos.

Tras ello, el gobernador de la provincia, Bachar Ali Souleymane, decretó el toque de queda entre las 19.00 y las 5.00 horas en Kabbia bajo el argumento de la "necesidad imperiosa de mantener el orden". Desde el martes están desplegados en la zona importantes efectivos de las fuerzas de seguridad con el fin de retomar el control.

Por su parte, el presidente de Chad, Idriss Déby, condenó el jueves "con fuerza los enfrentamientos mortales ocurridos en el departamento de Kabbia". En un mensaje publicado en su cuenta de Twitter, el presidente prometió que se depurarán "responsabilidades" y "todos los que sean puestos en tela de juicio responderán de sus actos".

Los enfrentamientos entre agricultores y pastores son recurrentes en algunos países de África y debido a los efectos del cambio climático se están recrudeciendo en algunos de ellos, ya que la escasez de agua y de pastos obliga a los segundos a tener que buscar nuevas áreas de pastoreo, lo que en general suele entrar en conflicto con los terrenos agrícolas.