El principal acusado de los disturbios por las restricciones de la hostelería, ocurridos en Logroño en octubre de 2020 y para el que el fiscal pide 15 años y medio de cárcel, ha solicitado al tribunal "un castigo justo, no ejemplar" y que se le juzgue solo por lo que hizo, que, según él, fue mover un contenedor y romper un escaparate.

Este chico de 22 años ha utilizado este viernes su turno de última palabra en el juicio que se ha celebrado desde el pasado lunes en la Audiencia Provincial de Logroño contra ocho jóvenes por los altercados producidos tras una concentración no comunicada, convocada para protestar por las restricciones decretadas en la hostelería debido a la covid-19.

El fiscal los considera presuntos autores de los delitos de desórdenes públicos, atentado a agentes, daños y robo con fuerza y, en su escrito inicial de acusación, pedía para ellos penas de entre 5 y 15 años y medio de prisión; aunque este viernes, a uno de ellos, le ha reducido la pena de 10 a 3 años y un mes por la atenuante de anomalía por alteración psíquica.

Por su parte, los abogados de seis de los acusados han pedido penas de entre 3 meses y 18 meses para sus clientes al asumir parte de participación en algunos hechos y la absolución para los otros dos.

El principal acusado ha asegurado que lo que le perturba "de verdad" de todo este asunto es el "impacto social" que tuvieron los disturbios y "cómo afectaron a las personas".

Ha reconocido que es "bastante conflictivo", pero también "bastante sincero", por lo que en todo el proceso judicial no ha dicho "ni una sola mentira".

Este joven, de origen georgiano, ha recalcado que su participación en los altercados se limitó a empujar un contenedor junto con otras personas y, "en un momento de locura", a romper el escaparate de una tienda de ropa con un palo, donde sí ha lamentado que fue "bastante bruto".

Ha desmentido que él fuera el hostigador de la masa en la revuelta, ya que estuvo "solo" y actuó de forma "individual", sin estar en grupo.

La única acusada, una camarera que acudió a la concentración para protestar por el cierre de la hostelería, ha resaltado que "en ningún momento" quiso agredir a agentes de la Policía Nacional, ha pedido perdón y ha agregado que asumirá su "responsabilidad".

El otro de los acusados que ha utilizado su turno de palabra se ha mostrado "arrepentido" por haber cogido "lo primero que vio" de la tienda saqueada y se ha mostrado dispuesto "a hacer todo lo posible para arreglarlo". EFE.

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