El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, opina que "la cuestión fundamental de las próximas semanas y meses" es saber si la pandemia del coronavirus, que "sin duda pasará", va a dejar "cicatrices permanentes en nuestro sistema" económico.

Durante su intervención por videoconferencia en el II Foro La Toja, De Guindos ha señalado que una de esas cicatrices es "inevitable", el aumento del ratio de la deuda pública/PIB, a medio plazo del 8 % y cuando se supere la pandemia, por encima de los 15 puntos, además de un mayor endeudamiento de las empresas.

"A corto plazo no hay alternativa. Hay que gastar, pero hay que gastar bien", ha asegurado el exministro de Economía en el gobierno de Mariano Rajoy, quien con todo ha hecho distinciones entre países, pues Alemania, por ejemplo, tenía antes de la pandemia un endeudamiento inferior al 60 % de su PIB tenía superávit.

De ahí la importancia que De Guindos le da al fondo europeo de recuperación, "para hacer frente a esas disparidades" y para que no haya "recuperaciones a diferentes velocidades".

Ahora bien, ha advertido de que "cuando pase todo, habrá que volver a la sostenibilidad de las finanzas" y hacer "un nuevo esfuerzo" en materia de déficit público en un escenario de "tipos muy reducidos, pero con unas perspectivas de crecimiento también reducidas".

Luis de Guindos ha destacado la "efectividad" de instrumentos de actuación de política fiscal "no convencionales", pero que "cada vez son más ortodoxos", como la compra de activos por parte de los bancos centrales.

Ha loado la "respuesta de política económica sin precedentes" que ha habido en la UE "por su intensidad y rapidez", y ha opinado que sin la inyección de liquidez por parte del BCE "la situación sería mucho más compleja" en lo que a la inflación se refiere.

La previsión del regulador comunitario es que la inflación "se vaya recuperando" en 2021, y que en 2022 se sitúe en torno al 1,3 %.

Luis de Guindos ha advertido de que "el problema básico" para la banca europea en estos momentos es su "escasa rentabilidad", por debajo del 2 % según los cálculos del BCE para el segundo trimestre, mientras que los inversores exigen retornos de en torno al 10 %.

Por eso, ha hecho hincapié en la necesidad de "actuar para reducir costes" y para "eliminar la capacidad excedentaria (...) Las fusiones no son una finalidad en sí mismas, pero pueden suponer una mejora de los bancos", ha aseverado.

El vicepresidente del BCE ha reparado en la "caída sin precedentes" de la economía europea, del 8 % en el segundo trimestre y del 3 % en el primero, aunque a partir del tercero espera una recuperación "intensa, rápida, con un rebote relativamente importante y más moderado en el cuarto trimestre".

Para el conjunto de 2020, la previsión del BCE es de una caída del 8 %.

Ha insistido en que la recuperación económica "ya se iniciado, pero es incierta, desigual e incompleta".

Lo es, ha esgrimido De Guindos, porque depende de la evolución de la pandemia y del desarrollo de una o varias vacunas, y porque "los gobiernos no van a reaccionar de una forma idéntica como en la primera ola" y tampoco afectará por igual en todos los países y a todos los sectores.

Está convencido de que en esta segunda ola "no habrá un confinamiento total", algo para lo que las economías europea y mundial "no estaban preparadas", y en caso de reeditarse la situación el resultado, según De Guindos, "sería catastrófico".

Esa disparidad de la que habla el vicepresidente del BCE se reflejó en las cifras económicas, pero también en las de contagios y muertes relacionadas con la covid-19, y ha concluido que donde ha habido un mejor comportamiento es "donde las instituciones mejor funcionan".

"La gobernanza en sentido amplio es fundamental para afrontar esta situación tremenda", ha añadido.