La partida presupuestaria destinada al Bono Social Térmico, que busca paliar la pobreza energética en consumidores vulnerables, aumentará un 62 % el próximo año, hasta los 255 millones de euros, debido al incremento de beneficiarios potenciales.
Se trata de una de las principales novedades en política energética que incluye el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2023, presentado este jueves en el Congreso de los Diputados por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
De acuerdo con el documento, este incremento, que se estima en unos 100 millones de euros más que en 2022, se debe al mayor número de beneficiarios potenciales de esta medida después de que se haya ampliado el concepto de consumidor vulnerable.
El Bono Social Térmico es un programa de concesión directa de ayudas a consumidores vulnerables que tiene como finalidad compensar gastos necesarios en energía destinada a calefacción, agua caliente sanitaria o cocina.