Belén Delgado

Arrastradas por el impacto de la pandemia de coronavirus en la hostelería, las empresas que distribuyen alimentos y bebidas a bares y restaurantes comparten los objetivos de digitalización e innovación tecnológica para salir a flote de la crisis.

La distribución al horeca (hostelería, restauración y cafeterías) ha sido uno de los sectores afectados por el cierre de 85.000 establecimientos hosteleros y una caída general del 20 % en la facturación de los locales en 2020.

Un ejemplo es la cadena de distribución al por mayor Makro, filial española del grupo alemán Metro, con más de 900.000 clientes, que vio descender su volumen de ventas un 17 % anual en su último ejercicio fiscal, aunque en los últimos meses ha notado signos positivos de recuperación, como un repunte del 4 % en las ventas de Semana Santa.

Nuestra prioridad está en el cliente hostelero, en darle herramientas y servicios para ayudarle a sobrevivir y luego a crecer, asegura a Efe la responsable de Soluciones Digitales de Makro, Martha Gómez.

DAR FACILIDADES AL CLIENTE

Sus últimas iniciativas muestran una apuesta por la omnicanalidad, esto es, acercar a los clientes distintas maneras de hacer la compra según sus necesidades en cada momento: así se puede desde acudir a las tiendas físicas hasta encargar por internet, por teléfono o a través de la aplicación, recoger los pedidos en un punto fijo o esperar al reparto.

Con Makro la hostelería tiene la opción de contratar el servicio take away (para llevar) o el delivery (entrega a domicilio), entre otras posibilidades que incluyen la compra a crédito, asesoría jurídica para gestionar los cambios en las restricciones y soporte técnico en la gestión de webs y reservas.

Gómez explica que han reforzado el acompañamiento de los clientes para impulsar la transformación digital, aparte de los esfuerzos por digitalizar la propia distribución en un contexto en el que el sector horeca les pide sobre todo rentabilidad.

Para no quedarse atrás, Makro se ha unido a las empresas de bebidas Coca-Cola, Mahou-San Miguel y Pernod Ricard en un proyecto dirigido a acelerar la digitalización de la hostelería con el que esperan movilizar unos 200 millones de euros en los próximos tres años con financiación europea del plan de recuperación de la crisis.

Creemos que la parte de la distribución se verá reforzada cuando terminen las restricciones. El sector tiene muchas ganas de volver a trabajar y el usuario final, de volver a las salas. Este tiempo de pandemia puede servir para mejorar la gestión de los negocios y los pedidos, subraya Gómez.

La empresa Conway, del grupo europeo Lekkerland y con más de 5.600 clientes en España y Portugal, registró en 2020 una caída de las ventas del 30 %, con meses de fuerte impacto como abril, cuando la pérdida fue del 90 %, si bien después ha ido recuperando la actividad no sin altibajos.

Para su director general, Pedro Giménez, ha sido muy complicado gestionar las aperturas y cierres totales o parciales de cada zona, sin previo aviso por parte de las autoridades y con un efecto acordeón en los recursos disponibles para atender las necesidades de cada momento.

MÁS EFICIENCIA INTERNA

El responsable destaca que están dando soporte a sus clientes en todo lo necesario para que su actividad se resienta lo menos posible, mejorando la eficiencia interna de la mano de la digitalización, y esperan recuperar los niveles de facturación de 2019 en 2021.

También están invirtiendo en un nuevo portal para que los clientes tengan la mayor información de sus proveedores y accedan a soluciones como un gestor de almacén más avanzado y una herramienta de trazabilidad de pedidos.

La Federación Española de Empresas de Distribución a Hostelería y Restauración (Fedishoreca), que representa a más de 600 empresas, calcula que las caídas en las ventas han sido superiores al 40 % en 2020 y a principios de 2021.

El director general de la patronal, José Manuel Fernández, ve con optimismo que la situación se vaya normalizando, pese a reconocer que la incertidumbre seguirá por más tiempo.

Lo primero que queremos hacer, como en anteriores crisis, es adaptarnos a las necesidades de la hostelería y racionalizar la distribución para hacerla más eficiente, apunta Fernández, que insiste en el reto de la transformación digital en la relación con los clientes y en la gestión interna.

El dirigente menciona que también ellos aspiran a recibir ayudas europeas para lograr una movilidad más sostenible en colaboración con el sector cervecero y otros proveedores, así como para digitalizar la hostelería junto a la asociación de fabricantes y distribuidores Aecoc.

Además de los esfuerzos del sector por renovar las flotas de vehículos, Fernández pide flexibilidad a las administraciones públicas con el fin de organizar mejor la distribución en los núcleos urbanos, donde cada vez hay más zonas de bajas emisiones, entre otras facilidades para ir saliendo de la crisis.