El director general de Seguridad, Organización y Recursos Humanos de Renfe, Cecilio Gómez, ha asegurado hoy que su departamento "nunca" recibió ningún aviso sobre problemas de seguridad en la curva de Angrois, a tres kilómetros de Santiago de Compostela, antes de que se produjera el accidente de un tren Alvia en julio de 2013.

El directivo ha señalado ante la comisión de investigación sobre este accidente ferroviario, en el que murieron 80 personas, que tampoco le llegaron rumores ni ningún tipo de información sobre riesgos de seguridad en dicha línea por los canales que existían para ello en Renfe.

Gómez ha explicado que el aviso sobre riesgos de seguridad en esa línea que hizo un jefe de maquinistas y que ha salido a la luz después del accidente no llegó a su destino porque no se habían seguido los procedimientos que estaban establecidos en Renfe para la transmisión de este tipo de información.

Según el directivo, en Renfe, "somos conscientes de que la seguridad en todas sus faceta se sustenta en el cumplimiento riguroso y estricto de las normas y procedimientos establecidos".

Dado que se trata de una empresa con 14.000 empleados y que pone a circular en torno a 5.000 trenes cada día, para poder garantizar la prestación de un servicio seguro y de calidad, "las normas y los procedimientos son, sin duda alguna, la piedra angular que nos permite prestarlos con seguridad y fiabilidad", ha agregado.

No obstante y "desgraciadamente", se producen accidentes motivados por un cúmulo de circunstancias que hacen que, a pesar del celo en el estricto cumplimiento de las normas y los procedimientos, "no seamos capaces de evitarlos", ha matizado.

Cada vez se hace un esfuerzo mayor para que el servicio del ferrocarril sea más seguro y fiable, pero, en algunos casos y a pesar del esfuerzo, "existen márgenes que hacen que la seguridad no sea absoluta".