No facilitar a terceros datos personales ni bancarios a través del correo electrónico, mensajes SMS o llamadas telefónicas, comprobar con frecuencia que no hay movimientos extraños en las cuentas, o cambiar con regularidad las claves de acceso a nuestra banca "online" son algunas formas de esquivar las crecientes estafas digitales que se producen.

Según explica el Banco de España en su web El Portal del Cliente Bancario, el uso de las nuevas tecnologías para gestionar las finanzas personales y el auge del comercio electrónico, impulsado por la pandemia, han sido el caldo de cultivo perfecto para los ciberdelincuentes, que no paran de inventar nuevas estafas.

Esta lacra afecta especialmente a los usuarios menos familiarizados con las nuevas tecnologías, como las personas mayores, también muy perjudicadas por los numerosos cierres de oficinas y la falta de personal para atenderles de forma presencial, lo que ha suscitado un creciente movimiento de protesta social que ha arrancado al Gobierno la promesa de trabajar para mejorar esta situación.

En este contexto, el Banco de España apuesta por la educación financiera y propone un cuestionario para que los usuarios comprueben lo que realmente saben sobre este tipo de fraude y cómo evitarlo.

Por ejemplo, ¿qué podemos hacer para evitar que nos dupliquen una tarjeta? algunas cosas pueden ser consideradas de sentido común, como no facilitar a nadie nuestros datos personales ni bancarios, y otras son algo más sofisticadas, como activar la doble identificación para operar en internet y aumentar las barreras para los ciberdelincuentes.

También explican a los usuarios el significado de algunos términos, con frecuencia anglicismos, que designan distintos tipos de estafas, como el "phising", que consiste en suplantar la identidad de un tercero a través del correo electrónico para obtener datos personales o bancarios.

Asimismo, el "skimming" es la obtención de datos de la banca magnética de las tarjetas bancarias mediante la instalación de mecanismos para copiarlas en la parte superior de los cajeros, en tanto que el "vishing" pretende obtener datos personales con simples llamadas telefónicas.

También se dan a conocer timos como el del falso vendedor, que tiene mercancías "muy apetecibles" a precios de ganga, pero solo nos las vende si le adelantamos una parte del dinero con un bizum, la herramienta para pagos con el móvil a particulares y algunas empresas.

O el del falso CEO, en el que el supuesto consejero delegado de una empresa engaña a un mando intermedio para que se haga cargo de una factura.

La prudencia, el sentido común y desconfiar de cualquier petición inusual de información personal, son algunas de las medidas que se aconsejan, así como avisar al banco si recibimos algún correo o mensaje "sospechoso" para que pueda alertar al resto de clientes. EFE

ala/may