Han tirado del mercado Inditex, los bancos, Telefónica y Repsol. El índice Ibex 35 ha cerrado en 8.733 puntos, con alza de un 1,14 por ciento. Ha llegado a subir algo más en los mejores momentos del día. Por el contrario, los inversores siguen abandonando el sector energético. Y lo hacen con prisa y sin mirar mucho los precios de venta. Ha crecido exponencialmente el nerviosismo del dinero, sobre todo el internacional, ante la incertidumbre que han generado las medidas que ha tomado el Gobierno para frenar la subida en el recibo de la luz.

Tras el Consejo de Ministros del pasado martes se han abierto muchas dudas y muchos recelos, lo que genera un caldo de cultivo poco o nada propicio para las inversiones en el sector. El gran peligro es que las medidas se extiendan más allá de marzo, que es la fecha fijada en principio para su expiración. Si se prolonga la detracción de los beneficios extraordinarios de las energéticas, se pondrá en jaque la viabilidad de los dividendos de un sector en el que la retribución al accionista adquiere tradicionalmente una gran importancia.

Además, podrían quedar pendiendo de un hilo futuras inversiones en la calidad y mantenimiento del servicio de estas compañías e incluso podrían comprometerse las nuevas inversiones en energías renovables. Como guinda, los mercados temen que el sector se vea “obligado” a cerrar determinadas instalaciones antes de lo que se esperaba, como algunas centrales nucleares, por ejemplo.

Hoy se suaviza la presión sobre Endesa e Iberdrola, aunque ambas han cerrado de nuevo con números rojos. Ayer y la víspera se desplomaron. Ambas son las más afectadas por la minoración de los beneficios que obtienen en el mercado mayorista gracias a sus centrales que no emiten CO2. En pocos días su capitalización bursátil se ha reducido en más de 7.000 millones de euros. Hoy han bajado con fuerza los valores ligados a las energías verdes, como Solaria, Acciona y su filial de Energía, Siemens Gamesa, Audax o Grenergy.

Lo que más penaliza al sector, además de la incertidumbre regulatoria, es lógicamente que las empresas tienen que devolver los ingresos extraordinarios derivados de la subida de precios. Es una cantidad que el gobierno estima en 2.600 millones de euros. Las centrales nucleares, las hidráulicas y las renovables (tanto las eólicas como las fotovoltaicas) se verán muy golpeadas por la nueva normativa. Los analistas del Banco Sabadell calculan que el impacto en los ingresos de Iberdrola será de 1.100 millones de euros. Los de Endesa se pueden reducir en los próximos seis meses en 868 millones, en 238 para Naturgy y en 121 millones de euros para Acciona. No es moco de pavo. En el platillo opuesto de la balanza destaca hoy la subida de Inditex, que ayer publicó buenos resultados trimestrales y que ha recibido de inmediato varias recomendaciones de compra por parte de los analistas. Las acciones de la empresa dueña de la marca Zara han cerrado con una subida del 5 por ciento y han recuperado de largo los 30 euros por acción.

En el ámbito macro, en Estados Unidos se han publicado dos datos importantes, que pueden influir en las decisiones que tome la Reserva Federal la próxima semana. Las ventas al por menor han crecido siete décimas en aquél país en el mes de agosto, cuando se habían contraído un 1,1 por ciento el mes anterior. El dato ha superado las previsiones de los analistas. Por su parte, las peticiones semanales de subsidios por desempleo han superado ligeramente las 330.000 que esperaban los expertos. Como guinda, las construcciones de viviendas en Estados Unidos se han reducido de forma muy suave el mes pasado, hasta 260.000.

Dentro de casa, hoy el Tesoro ha ingresado 5.190 millones de euros en la subasta de deuda a medio y largo plazo. La demanda ha superado los 10.000 millones. La rentabilidad de los bonos a 3 y 5 años continúa en negativo, con un menos 0,511 y menos 0,367 por ciento, respectivamente. El rendimiento de las obligaciones a diez años ha repuntado ligeramente, hasta el 0,336 por ciento.