La Bolsa ha firmado hoy su cuarta sesión alcista consecutiva. El índice Ibex 35 ha sumado un 0,72 por ciento, hasta 7.611 puntos. Ha llegado a rozar hoy los 7.700 en los mejores momentos del día. La última racha bajista ha dejado los precios de muchos valores en niveles atractivos. Falta por saber cuánto dura el rebote, porque sigue el goteo de malos indicadores económicos. En Alemania el índice ZEW de confianza inversora ha mostrado una lectura de menos 59,2 puntos, cuando se esperan menos 65.

Como contrapeso, la producción industrial en Estados Unidos ha sorprendido agradablemente, con un aumento del cuatro décimas en septiembre, frente a la contracción de del 0,1 por ciento del mes anterior. La Bolsa de Nueva York ha abierto con fuertes ganancias. Estira las importantes subidas que consiguió ayer. Suben las acciones de Goldman Sachs. Este banco de negocios ha superado las previsiones de los analistas, a pesar de que su beneficio se ha reducido un 43 por ciento en el tercer trimestre. Su presidente ejecutivo ha advertido sobre la posibilidad de que la economía de Estados Unidos entre en recesión el año que viene. Los mercados, tanto de bonos como de acciones, ya cotizan por anticipado esa inminente recesión. Según Bloomberg Ecnomics la probabilidad de que EEUU entre en recesión en los próximos doce meses se acerca ya al 100 por ciento. Por su parte, los analistas de la agencia Fitch consideran que la recesión, aunque muy probable, no será demasiado grave.

Los mercados se han quedado con las ganas de conocer el dato de crecimiento de China, que estaba previsto para hoy. Pero se ha retrasado hasta, al menos, la finalización del congreso del partido comunista chino. Los mercados interpretan este retraso como una mala señal. El Banco Mundial ha recortado su estimación de crecimiento del PIB chino en este año del 5 al 2,8 por ciento. Preocupa la pérdida de fuerza en el crecimiento de China. Podría lastrar la actividad en el resto del planeta. También los analistas del broker japonés Nomura han reducido sus previsiones para la economía de China. Creen que el PIB chino crecerá en 2023 un 4,3 por ciento, frente al 5,1 de su anterior estimación.

Dentro de casa, la Fundación de las Cajas de Ahorro, Funcas, ha rebajado sus previsiones para el año próximo. Espera ahora un crecimiento del PIB español del 0,7 por ciento en 2023, frente al 2 por ciento que manejaba en sus anteriores proyecciones. No descarta que España entre en recesión técnica, entendida ésta como dos trimestres consecutivos con crecimiento negativo. Para el año en curso Funcas espera un crecimiento del 4,5 por ciento, tres décimas más que es sus anteriores previsiones. Paralelamente, la Airef, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, espera un crecimiento del 1,5 por ciento el año próximo, frente al 2,1 que recogen los presupuestos generales del Estado para 2023. La Airef espera varios trimestres muy complicados para la economía española, aunque pronostica una recuperación de la actividad en la segunda mitad del año venidero.

Hoy se ha conocido que el déficit comercial de España se ha disparado hasta 46.500 millones de euros al cierre de agosto, lo que supone multiplicar por cuatro el desequilibrio del mismo periodo del pasado ejercicio. El aumento de los precios de la energía tiene la culpa.
El petróleo ha bajado con fuerza en las últimas horas, presionado por las previsiones de menor demanda mundial de crudo y carburantes. Además, Estados Unidos sacará el mercado parte de sus reservas estratégicas para evitar una subida de precios, que es lo que pretenden los países exportadores integrados en la OPEP. Ese cártel reducirá su producción en dos millones de barriles diarios a partir de noviembre. El crudo del Mar del Norte se paga esta tarde a 89 dólares. Muy lejos de los 140 que alcanzó en la primavera.