Visores integrados en el casco, cámaras de vídeo en los fusiles, dispositivos para enviar imágenes en tiempo real... Serán una parte del equipo del que dispondrán los futuros soldados españoles gracias al programa SISCAP (Sistema de Combatiente a Pie) en el que está trabajando el Ministerio de Defensa. La intención es potenciar las capacidades del combatiente en letalidad, mando y control, supervivencia, movilidad, sostenimiento y entrenamiento. “El SISCAP es una solución que intenta dar respuesta a la necesidad operativa de aumentar la eficacia y la seguridad del combatiente”, explica el coronel Moisés Serrano, jefe del programa. Es un sistema “modular y adaptable, los componentes se adaptan a los distintos tipos de escenarios y misiones”, señala el militar, destinado en la Subdirección General de Gestión de Programas de la Dirección General de Armamento y Material. Permite que todos los miembros de una unidad estén conectados entre sí a través de una red de voz y datos con capacidad para transmitir vídeos. Cuenta el coronel que “cada combatiente está dotado de una radio personal de banda ancha con capacidad para enviar y recibir vídeo en tiempo prácticamente real”.

El SISCAP está formado por varios subsistemas, pero todos los esfuerzos se están centrando en dos: el subsistema de mando y control, y el de eficacia de fuegos. Según el jefe del programa, el subsistema de mando y control “es la parte nuclear, básica” porque sin él “no hay unidad y es inviable la acción conjunta”. Hace que el mando controle la ejecución de las órdenes que ha dado. “Si el general jefe de una gran unidad da unas órdenes concretas es imprescindible que pueda monitorizar cómo se están cumpliendo, para adaptarlas y poder modificarlas”, indica. Y el “corazón”, el núcleo del subsistema de mando y control está en la radio y el ordenador.

El subsistema de eficacia de fuegos es el “fundamento” del combatiente, ayudará a aumentar su capacidad ofensiva. En el Sistema de Combatiente a Pie se incorpora en el arma -un fusil HK-36- un modulo electrónico con una cámara de vídeo de amplio espectro; en el casco aparece la información de forma gráfica y dispone de cámaras térmicas para la visualización durante la noche.

El coronel Serrano reconoce que “una de las principales dificultades es el peso, porque disminuir la movilidad del combatiente para darle más eficacia es un problema; por un lado le das más eficacia de fuego, pero por otro le impides moverse con agilidad, con lo cuál disminuyes su capacidad de defensa”. Sobre las fuentes de alimentación han llegado a la conclusión de que “la forma más eficaz de gestionar la energía del sistema es a través de unas baterías centralizadas”.

La fase de I+D del SISCAP finalizará este año, en 2020 podría ponerse en marcha la fase de adquisición y en 2022 las Fuerzas Armadas podrían disponer del sistema.

Los exoesqueletos son otro sistema necesario para el combatiente -a juicio del coronel Serrano-, pero que no está contemplado por el programa SISCAP, aunque sí lo está estudiando el Ministerio de Defensa. Son una “máquina móvil, consistente fundamentalmente de un armazón, que ayuda a moverse al portador y realiza determinado tipo de actividades, como cargar peso”. Facilitaría la movilidad del soldado y le permitiría caminar largas distancias cansándose menos. Varios países están dando pasos en esa dirección, entre ellos Estados Unidos, Rusia, China y Francia. Sin embargo, el jefe del SISCAP afirma que “el avance es lento”. En España también se está trabajando en la misma línea, de manera incipiente. El departamento de Defensa tiene varios proyectos, entre ellos uno en el que están colaborando la Universidad de Granada y el MADOC (Mando de Adiestramiento y Doctrina) para desarrollar un exoesqueleto pasivo -llamado EXBOOT- que asistiría al combatiente en la marcha y el transporte de carga.