Magdalena Tsanis.

El Novo Cinema Galego tiene un nuevo embajador: Xacio Baño debuta este viernes en los cines con "Trote", una película ambientada en la Galicia rural, aislada y opresora, y que gravita en torno a la lucha entre el deseo de libertad y las ataduras familiares.

Utilizando como trasfondo y metáfora la Rapa das bestas, una fiesta tradicional que consiste en atrapar a los caballos salvajes para cortarles las crines, el filme apela "al animal que somos", según ha explicado a Efe su director.

"A la protagonista, Carmen (María Vázquez), el cuerpo le pide coger aire, escapar, hacer su vida, correr por el campo, pero siente la obligación de cuidar a sus padres, lo que implica diluirse en lo que quieren o esperan los demás", señala.

Baño (Xove, Lugo, 1983) es el penúltimo nombre de una nueva generación de directores -Oliver Laxe, Lois Patiño, Eloy Enciso, Álvaro Gago, etc.- surgidos en Galicia al margen de la industria, con vocación autoral y vanguardista, con una mirada que va de lo local a lo universal y que gozan de reconocimiento fuera de España.

El cineasta, que presentó "Trote" el pasado mes de agosto en el Festival de Locarno, referencia europea del cine independiente, asegura que ha sido decisivo el apoyo de la administración pública gallega en estos últimos años, con ayudas directas a los directores.

"Son películas que viajan por el mundo con una facilidad pasmosa y a menudo están hechas con cuatro manos, entre amigos, lo que invita a pensar que es bueno volver a los inicios, quitar toda la parafernalia capitalista y dar voz al contador de historias", reflexiona Baño.

Eso y el circuito de festivales gallegos, como Cortocircuito, Playdoc, Cineuropa o Nuevos Cinemas, que contribuyen "a educar miradas" acercando al público la posibilidad de conocer el cine europeo de vanguardia.

Baño, que iba para ingeniero pero rectificó a tiempo, reconoce que el punto de partida de "Trote" es una experiencia personal.

"Mi abuelo enfermó, era como un padre para mí, y tuve este dilema, entre ir todos los fines de semana a verle, lo que suponía dejar de escribir, o no... A veces cuidarse uno mismo es lo más importante que puedes hacer", señala.

Pero al elegir a una mujer como protagonista, se coloca también en la diana el tradicional rol de la mujer cuidadora. "La que cuida es ella, es lo que suele pasar", señala la actriz María Vázquez: "Cuando hay una mujer, es ella quien se hace cargo en más del 90 % de los casos, y en los pueblos especialmente".

La reflexión sobre los roles de género se extiende al hombre, a través del personaje de Luis (Diego Anido), el hermano que regresa por unos días al hogar familiar y que "trata de asimilar que no es el macho alfa, que es lo que la sociedad le pide, ser el siguiente líder de la manada".

Los planos largos y con poco movimiento hablan del ritmo sosegado del mundo rural. La tensión la ponen los sentimientos reprimidos y los silencios que dan alas a otras formas de expresión.

"Una familia no es lo que uno habla sino lo que calla, los secretos, las heridas del pasado", dice Baño y también lo relaciona con esa parte animal de no mostrar, de estar como gruñendo cuando hay algo que uno no acaba de colocar. "Por ahí sale esa familia dolida, raspada, que para mi era lo interesante, una especie de manada".