Aurora Lázaro

El artista madrileño José Miguel Conejo Torres, más conocido como Leiva, fue la actuación sorpresa del concierto Regalo 25 Aniversario que Sonorama Ribera tenía preparado para esta noche. Una hora después Izal se despedía del festival y del público presente.

El Sonorama ha sido el termómetro de nuestra carrera; no tenemos palabras suficientes para agradecer al Sonorama cómo nos ha tratado estos años. Y a vosotros", ha dicho Mikel Izal, advirtiendo que no iba a hablar más. De hecho, la banda ha salido al escenario para interpretar, casi sin respiro, El Pozo, Asuntos Delicados y Copacabana, para continuar después con La Pequeña Gran Revolución.

No ha defraudado el grupo, que se ha entregado, sin tristeza ni lágrimas, a los miles de seguidores presentes en el recinto el Picón, pasada ya largamente la medianoche, desgranando diversos temas de su trayectoria musical. Pero pocas alusiones más a la anunciada separación para el próximo otoño.

Antes de Izal el público se ha arremolinado en el escenario Aranda de Duero para descubrir por fin el concierto sorpresa de Regalo 25 aniversario; una cuenta atrás de cinco minutos con la leyenda Cuando te muerdes el labio, el quinto disco de estudio y su último álbum, han precedido a la salida de Leiva al escenario cantando Terriblemente cruel.

El músico ha agradecido la recuperación de la normalidad y los festivales tras la pandemia y a continuación ha deleitado al público con temas de su último trabajo: Superpoderes, Flecha, Histéricos, interpretado junto a Esmeralda Escalante, de la banda argentina Ainda, que ha participado también en Sonorama en el escenario Charco, o la coreada La Llamada. Iván Ferreiro ha acompañado también al madrileño.

Previamente a estas dos destacadas actuaciones de la 25 edición de Sonorama una de las bandas habituales del festival, Shinova, ha recordado que los mejores momentos sean los que están por llegar.

Gabriel de la Rosa ha desplegado energía y ganas mezclando los temas más populares de sus diferentes álbumes: Cartas de navegación, La Buena Suerte o Volver, ¡volver, volver, volver!, cantó al final, envuelto en un espectáculo de confetis de colores y fuegos artificiales.

En la sesión de tarde, Ángel Stanich y Mikel Erentxun han intercambiado colaboraciones en sus respectivas actuaciones y el músico serbio Emir Kusturica con su banda The No Smoking Orchestra ha hecho bailar al público. Ellos están siempre dispuestos a ofrecer una fiesta balcánica con su estilo singular.