Jessica Martín.

"Soy vuestro", ha asegurado Pablo Alborán a su público en el primero de los dos conciertos de la gira "Prometo" que esta semana ofrece en Madrid, un espectáculo de gran potencia visual en el que invita a "vivir la vida" intensamente y le planta "cara" a las injusticias de un mundo "cada vez más corrupto".

Colgar el cartel de "no hay billetes" se ha convertido en algo habitual para Pablo Alborán, que esta noche ha regalado un glorioso concierto a los miles de fans que han llenado el WiZink Center, un recinto en el que repetirá mañana y al que volverá el 8 de diciembre.

Lo hace después de haber recorrido Latinoamérica y de visitar varias ciudades españolas: su Málaga natal, Bilbao, Valladolid, Barcelona, Sevilla y La Coruña.

Sin embargo, el cantautor sigue emocionándose cada vez que se sube al escenario y se dirige a su público con la misma sencillez de aquel joven que debutó en 2010: "Buenas noches, familia, por fin estamos aquí. Gracias a la gente que lleva días haciendo cola", ha señalado al inicio del espectáculo.

La excusa para la cita de hoy es la presentación de "Prometo", su último álbum de estudio, que llegó después de tres años de silencio y que en menos de seis semanas se convirtió en el disco más vendido de 2017.

Desde el inicio, el malagueño ha logrado caldear el ambiente con "No vaya a ser", uno de los primeros sencillos de ese último trabajo, al que le han seguido "Pasos de cero" y "Escalera", dos temas sensuales y sugerentes que ha bailado de principio a fin.

Pero muy pronto los ritmos de aire latino han dado paso a otros más melódicos y Alborán ha sacado su faceta más romántica con canciones como "Dónde está el amor", "Recuérdame" y "Quién", para después seguir desgranando su nuevo repertorio.

Detrás de él una enorme pantalla de 16 metros de ancho ha convertido el concierto en un auténtico espectáculo visual, ya que las proyecciones a menudo se integran con el escenario.

"Ahora me gustaría invitar a una niña maravillosa, una niña que desde el primer momento en que vi sus vídeos en internet me enamoré de su voz", ha anunciado antes de que apareciese la joven cantante Marta Soto, con quien ha interpretado a dúo "Tanto".

Después, en acústico y guitarra en mano, ha enamorado con "Perdóname", "Te he echado de menos" y "Al paraíso".

Entre los dramas y las alegrías sentimentales, el músico ha hecho un aplaudido viaje hasta "Saturno" que no habría sido tan espectacular sin el elaborado juego de luces y las dos pantallas de realización laterales.

Los recursos audiovisuales también han tenido mucha presencia en otro de los nuevos cortes, "Boca de hule", un "cara a cara con la falta de libertad" que en el disco canta junto a Alejandro Sanz.

"Uno se siente raro cuando pone la televisión. Parece que el mundo se ha vuelto cada vez más injusto, más corrupto, y cuando es justo es lento; un mundo que es cada vez más homófobo y machista", ha lamentado el cantante.

"Gracias a Dios que existe la música para que nos podamos desahogar", ha añadido después de desear a los presentes unas felices fiestas del Orgullo y lanzar otro mensaje rotundo: "Quered a quien queráis".

Esas no han sido las únicas sugerencias que ha hecho el artista; también ha pedido sacar "pa fuera" todos "los miedos, las dudas y las penas".

En la puesta en práctica de ese ejercicio han ayudado el pegadizo estribillo de "Vivir" y el confeti que ha cubierto de color todo el escenario.

Minutos después, en los bises, el anfitrión ha puesto sus manos sobre un imponente piano de cola negro para cantar dos éxitos separados por el tiempo, pero unidos por la emoción, "Solamente tú" (2010) y "Prometo" (2017). A esas dos declaraciones de amor ha agregado una nueva: "Te prometo, Madrid, que vamos a volvernos eternos".

Y para que el optimismo sellase una noche tan "especial" tras el revuelo ocasionado por su "Éxtasis", Alborán ha invitado a su público a disfrutar de la vida: "Aunque esté del revés, vívela, vívela".