Pese a haber creado la música de grandes éxitos del cine y de la televisión como "Frozen: El reino de hielo" o "Buffy, cazavampiros", el compositor canadiense Christophe Beck se califica simplemente como un "contador de historias" al que no le importa el tamaño de la película o de la estrella protagonista.

Beck, que hoy asiste al tercer festival internacional de música de cine Movie Score Málaga (Mosma), ha confesado que uno de los trabajos favoritos de su carrera es "Cake" (2014), una película pequeña pero protagonizada por una gran estrella como Jennifer Aniston.

Su director, Daniel Barnz, es un amigo desde la etapa universitaria para el que ya había compuesto la música en varias obras teatrales, y le pidió también una banda sonora para esta película "intimista con unos picos dramáticos muy fuertes", de la que se siente "muy orgulloso".

En un encuentro con el público dentro de Mosma, evento organizado por el Festival de Cine en Español de Málaga, Beck ha asegurado que considera que siempre está "en continuo aprendizaje" y que le gustaría tener ahora más tiempo para el estudio.

Durante su etapa junto una gran figura como Jerry Goldsmith, el compositor canadiense aprendió sobre todo "a hacer variaciones sobre un mismo tema" y a "trabajar a partir de una creación mínima".

Considera "determinante" haber trabajado con Mike Post -creador de la música de "La Ley de Los Ángeles", "Canción triste de Hill Street" o "El Equipo A"-, al que califica como la persona "más eficiente" que jamás ha conocido al poder imaginar qué música era la conveniente mientras visionaba un capítulo.

En la carrera de Beck también hay comedias gamberras masculinas como "Resacón en Las Vegas", un género al que llegó después de haber conseguido el éxito en series televisivas para probar cosas distintas y con el objetivo de evitar ser encasillado.

Con el mismo deseo de huir de las etiquetas, trabajó en otros títulos más dirigidos a un público femenino como "Sisters", pero Beck rechaza que el género imponga una forma de componer, porque "cada película tiene sus elementos específicos".

Su labor en la serie televisiva "Buffy, cazavampiros" le valió un premio Emmy en 1998 y le proporcionó una de las experiencias "más extraordinarias" de su trayectoria en el episodio en el que todos los personajes quedaban mudos al serles robada la voz, y Beck debió reforzar con la música lo que hacían esos personajes.

Respecto al cine de animación, Christophe Beck admite que tiene una "dinámica completamente distinta" al estar acompañado de unos profesionales "muy entusiastas de su trabajo" con los que suelen existir unos plazos "más relajados" salvo en el tramo final de cada película, cuando se toma impulso.