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Museo Picasso muestra influencia en el pintor de sus primeros viajes a París

El Museo Picasso de Barcelona establece un diálogo con una veintena de obras del Museo de Orsay y del museo del pintor malagueño en París para ilustrar la influencia que el artista recibió en sus primeras estancias en la capital francesa, a principios del siglo XX.

Agencia EFE

Tiempo de lectura: 3'Actualizado 13:30

El Museo Picasso de Barcelona establece un diálogo con una veintena de obras del Museo de Orsay y del museo del pintor malagueño en París para ilustrar la influencia que el artista recibió en sus primeras estancias en la capital francesa, a principios del siglo XX.

La comisaria de la exposición, Malén Gual, ha explicado hoy que las diecinueve obras de artistas como Cézanne, Degas, Gauguin, Auguste Rodin, Steinlen o Toulouse-Lautrec "dialogan con las obras de la colección barcelonesa", y al mismo tiempo permiten mostrar cómo los pintores que operaban en París a principios del siglo XX fueron "determinantes en el cambio estilístico del joven Picasso y en la formación y consolidación de un lenguaje propio".

En el recorrido expositivo se descubre la fascinación de Picasso por los artistas de vanguardia y cómo comienza a forjar, especialmente en el período comprendido entre su primer viaje a París en octubre de 1900 y su instalación definitiva en la ciudad en abril de 1904, su personal estilo y "a pasar de una pintura mundana a otra de notable carácter simbólico".

La exposición "Picasso descubre París", que estará abierta al público hasta el próximo 20 de enero, es consecuencia de la aportación que el museo barcelonés hace a dos exposiciones parisinas: 52 obras para la muestra "Picasso. Bleu et ros" en el Museo de Orsay, y ocho al Museo Picasso de París para la exposición "Picasso. Chefs-d'oevre".

Para esta segunda retrospectiva, el museo barcelonés ha cedido la emblemática "Ciencia y Caridad", sólo vista en una ocasión fuera de Barcelona -en el MOMA de Nueva York en 1980-, junto con los bocetos del cuadro, una caja de luz con la imagen radiográfica de la pieza, y toda la documentación y fotografías de los estudios científico-técnicos del proceso de restauración llevado a cabo durante el último año.

En "Picasso descubre París" se evoca el primer viaje del pintor a la capital francesa con motivo de la Exposición Universal, acompañado de su amigo Carles Casagemas, a los que se sumaría posteriormente Manuel Pallarés.

En los primeros días, relata la comisaria, se dedicaron a visitar los pabellones de la Exposición y allí Picasso pudo contemplar de primera mano las obras de Manet y de los impresionistas, así como la muestra paralela organizada por Rodin en la plaza del Alma.

Esos primeros días frecuentó a sus amigos catalanes: "Casas lo retrata al carboncillo delante del edificio de la Exposición, y a su vez Picasso se autorretrató con sus amigos a la salida de la muestra, o en Montmartre.

En mayo de 1901 Picasso se trasladó de nuevo a París con motivo de la exposición que Pere Manyac había organizado de su obra en la galería Vollard, para la cual el pintor español llevó cerca de sesenta obras de temas parisinos de la vida nocturna, apuntes callejeros e incluso algunos bocetos de moda, en los que se aprecia, según Gual, "la influencia de Steinlen, Toulouse-Lautrec y de los postimpresionistas".

Además de la venta de varias obras, la exposición tuvo una buena recepción entre la crítica: "Picasso quiere verlo todo y expresarlo todo", anota Gustave Cocquiot en Le Journal; o "Se descubren fácilmente, además de las de los grandes artistas del pasado, bastantes influencias probables como Delacroix, Manet, Monet, Van Gogh, Pissarro, Toulouse-Lautrec, Degas, Forain, Rops...todas muy pasajeras y que se esfuman apenas captadas", señala el crítico Félicien Fagus.

Pasada esta exposición, Picasso refrenó su impetuosidad y se alejó del cromatismo vivo para buscar un nuevo camino, "más cercano al simbolismo, pero asimilando las enseñanzas de todo lo que veía, desde la temática y tenue colorido de las obras de Carrière, Denis y Puvis de Chavannes hasta las soluciones compositivas de Gauguin, Manet, Degas o Cézanne.

Cuando se instala definitivamente en 1904 en París, en Montmartre, juegan un papel crucial en el cambio que experimentan su vida y su obra la amistad con poetas como André Salmon, Max Jacob o Guillaume Apollinaire, además de la relación con los hermanos Stein, subraya la comisaria.

En la presentación, la directora del Museo de Orsay, Sylvie Patry, ha destacado la coincidencia de que "cuando Picasso llega a París se empapa de la pintura de impresionistas y postimpresionistas que había en el entonces Museo de Luxemburgo, del cual Orsay es heredero, y curiosamente Picasso llegó a París a través de la estación ferroviaria de Orsay, donde se encuentra hoy el museo". EFE.

jo/hm/car

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