La escritora boliviana Liliana Colanzi (Santa Cruz, 1981), ganadora del último Premio Ribera del Duero con su libro "Ustedes brillan en lo oscuro", se mueve entre la literatura de ciencia ficción y el terror en su creación, como ella misma reconoce.

En la presentación del libro en Barcelona, Colanzi ha señalado este jueves que ganar este premio es la oportunidad de que el libro se imprima en simultáneo en muchos países latinoamericanos, así como en España.

"Mi intención con cada libro ha sido hacer algo totalmente diferente, evitar repetirme; sin embargo, en este libro me di cuenta que arrastré algunas obsesiones que venían de anteriores libros, y una era la radiación", confiesa Colanzi, quien desde hace una década imparte clases de literatura latinoamericana y escritura creativa en la Universidad de Cornell en Itaca (estado de Nueva York).

El tema radiactivo, que ya emergió en su libro "Nuestro mundo muerto", en el que aparecía una joven que se embarcaba en una misión a Marte y que había sido elegida porque era resistente a la contaminación radiactiva, viene de su "obsesión por Chernóbil".

Sin embargo, en el presente libro la influencia directa en uno de los cuentos, "Ustedes brillan en lo oscuro", se basa en el accidente nuclear de Goiânia (Brasil), uno de los más graves de la historia, cuando unos chatarreros desmantelaron unos aparatos médicos que contenían elementos radiactivos y los diseminaron entre familiares y amigos, un suceso que tuvo lugar casi de manera coetánea con Chernóbil pero del que apenas se conoce nada, en el que murieron cinco personas y más de 200 resultaron afectadas.

Otro relato, "Atomito", está inspirado por la decisión del gobierno boliviano de crear una central nuclear en El Alto, un lugar poblado por indígenas, aunque la intención inicial era construir la planta en Mallasilla, donde los habitantes protestaron.

Hay en sus cuentos "un interés por dislocar el tiempo, por entenderlo más allá de la corta vida humana: nos movemos por sedimentos históricos y geológicos que nos definen y que es posible escarbar y remover en la escritura".

Y añade: "Si pudiéramos aprehender el tiempo del planeta, veríamos que todos somos mutantes, como pasa en 'La cueva'".

Consciente de que la humanidad también vive en las ruinas de hechos históricos traumáticos, Colanzi reflexiona en "Atomito" sobre de qué manera el Taqi Onqoy, el movimiento andino de rebelión del siglo XVI, es "una potencia del presente".

En conclusión, la escritora boliviana combina elementos anacrónicos y otros del futuro, aunque algunos que parecen del futuro son en realidad de nuestro tiempo".

La naturaleza y la relación del ser humano con ella con su poder destructor atraviesa mucha de la narrativa de Colanzi, con "menciones a animales que se ha extinguido o se están extinguiendo, y que dan pie a nuevos términos como ecoansiedad o solastalgia (angustia por el cambio medioambiental)".

La propia Colanzi revela que a veces siente ecoansiedad, sobre todo "por los incendios forestales que cada año asolan los bosques de Bolivia, que amenazan las vidas de muchos indígenas que habitan en los bosques y que matan miles de animales y plantas".