Las excavaciones en el yacimiento arqueológico de Balumba, en el municipio murciano de Santomera, han sacado a la luz numerosos objetos relacionados con un santuario íbero del siglo V antes de Cristo.

Coordinadas por el historiador de la Universidad de Murcia José Ángel Ocharán, se encuentran en su tercera campaña y dan continuidad a los hallazgos encontrados previamente en una cueva, que se consideró un taller en un primer momento, aunque los investigadores creen ahora que se corresponden con un santuario.

Hay varias pequeñas figuras de metal que se cree que se utilizaban como ofrenda a las divinidades, una de ellas con el símbolo del tetraskel levógiro labrado, que representaba en la cultura ibérica al sol y se vincula con santuarios y necrópolis desde la prehistoria.

Estaba en un agujero tapado con una piedra de molino en el que había también varios accesorios personales, monedas, reproducciones de armas en miniatura y un cuenco de unos 10 centímetros de profundidad y 15 de diámetro.

Los investigadores consideran que todo el conjunto formaba una favissa u ofrenda oculta, muy común entre los siglos IV y III antes de nuestra era.

Se han encontrado vasos de cerámica para libaciones, un kylix o cáliz aplanado y restos de cerámica de gran calidad, posiblemente importada desde Grecia.

El yacimiento está orientado al oeste, en dirección a la puesta de sol, y dispone de un nacimiento de agua, elementos que también hacen pensar que se trataba de un lugar de culto.

En una fase previa de la excavación, los investigadores habían encontrado un lingote con epigrafía, una de las piezas más interesantes, ya que no hay otras de época ibérica.

Está actualmente siendo estudiado junto con otros elementos encontrados en las fases previas, como un crisol utilizado para fundir metal con restos de plomo en su interior, restos de fogatas y balas de plomo, entre otros.

Por esos primeros hallazgos, la cueva fue considerada en las fases anteriores como un taller de metalurgia y actualmente se está tratando de esclarecer la relación de esos elementos con los objetos rituales encontrados ahora.

En la Región de Murcia ya hay un precedente de yacimiento en el que se hallaron restos que vinculaban las labores de metalurgia y las de culto: el santuario rupestre ibérico de La Nariz, en Moratalla.