Una revisión de Giselle presentada por el coreógrafo Kader Belarbi al frente del Ballet du Capitole de Toulouse, que debutaba en el Festival de Peralada, ha triunfado en esta cita como lo ha conformado la ovación final del público.

Belarbi ha presentado un espectáculo con un planteamiento de reivindicación de la raíz francesa de Giselle, destacando aspectos que hoy en día siguen vigentes como la poesía, la historia de amor y la traición.

La obra ha conservado la esencia de este clásico pero acercándolo al público del siglo XXI con un toque de actualidad que ha satisfecho a los asistentes

El coreógrafo del Ballet de Toulouse ha subrayado la diferencia entre los dos mundos de Giselle, el terrenal y el supranatural, con un primer acto que ha transcurrido en un pueblo en la época de la vendimia, donde la joven campesina Giselle vive enamorada de un bello desconocido.

Las damas, los señores, los nobles, los viticultores, los bebedores, los arqueros y el grupo de vendimiadores han sido los protagonistas.

Al final de este acto, Giselle, desesperada de dolor ya que ha sido víctima de un engaño amoroso, se pierde entre la multitud y se desploma, muerta.

El segundo ha transcurrido en pleno bosque, ante la tumba de la protagonista, ante la que se han presentado en escena las Willis, espectros de promesas jóvenes, medio ninfas, mitad vampiros, que persiguen a sus prometidos para precipitarlos a la muerte con una danza frenética.

La segunda parte de este ballet es de una especial belleza, que ha embrujado al público de Peralada por obra y arte de la magia de Kader Belardi.

Giselle, la obra maestra del ballet, es uno de los títulos más representativos en el mundo y con él el Capitole du Toulouse ha debutado en el Festival de Peralada por la puerta grande.

La música de Adolphe Adam, que se ha escuchado grabada, es una interpretación expresa para este espectáculo, que ha emocionado al público que ha disfrutado hoy de la propuesta de Belardi.