Raúl Salgado

La pandemia retrasó el regreso del Concurso Internacional de Piano de Ferrol, que en 2021 vuelve con energía renovada e iniciativas con las que empapar a toda la ciudadanía de alta cultura.

Para sacudirse la etiqueta de música de las elites, su organización ha apostado por dos golpes de efecto. El primero de ellos, colocar un piano de cola, un Yamaha C7, en plena plaza de Armas, ante la casa consistorial, y así saciar la curiosidad de cualquier conocedor o novato.

El concejal de Cultura de Ferrol, Antonio Golpe, afirma a Efe que los cambios introducidos en su organización buscan mantener a la ciudad "en el mapa a nivel internacional".

Uno de los principales, el cambio en su dirección artística, que ahora ostenta el prestigioso músico ferrolano Pablo Galdo. Las ideas que apelan a la revolución del certamen buscaban evitar que se fuese "descolgando del calendario y apagando", por lo que se quiso "reactivar y que fuese abierto a la ciudad".

Propone el edil que la población "lo valore y se sienta orgullosa" del concurso con iniciativas "novedosas que implican a muchos sectores y no solo a un grupo reducido de expertos en el piano".

Además, se abrió la posibilidad de "acogida a concursantes facilitando que puedan venir" desde medio planeta. Y tanto que lo hacen, ya que el evento reúne desde este viernes y hasta finalizar la próxima semana a 239 virtuosos de 45 países diferentes.

"Algunos son estudiantes y otros de reconocido prestigio, le da un plus; el concurso ha salido del Teatro Jofre y el Auditorio y está en la calle y en las casas", matiza Golpe.

En plena desescalada de la crisis sanitaria, recalca cómo se ha garantizado la "mayor seguridad posible" tanto en la estancia de los músicos como en el piano habilitado en la plaza de Armas. Hay que pedir turno con antelación a través de una dirección de correo electrónico; entre usuario y usuario, desinfección del instrumento y de su banqueta.

El representante municipal considera que la gente será así "consciente de que se está celebrando" una cita cultural de altura. La actividad surgió al invitar al afamado James Rhodes, cuyo concierto en la ciudad ha sido aplazado por la covid-19 y para el que el Ayuntamiento tenía también "la idea de salir a buscar a los ciudadanos, hacerse ver, involucrar a Ferrol".

Que la localidad presuma de certamen veterano, con un "bagaje importantísimo" y en el que vecinos a título individual "ofrecen sus domicilios y sus pianos".

Los primeros curiosos se han asomado este viernes a la céntrica plaza y lo podrán hacer de nuevo los próximos días 7 y 8, en la recta final de la carrera por el premio musical. Podrán deleitar con obras completas o movimientos concretos que tengan un mínimo de preparación e incluso se dará paso a transeúntes si no está ocupado el piano.

Está todo previsto, hasta la irrupción del mal tiempo: una tarima y una carpa cobijan a quien se apunta a la propuesta. Mientras tanto, el programa clásico del concurso arranca en la tarde de este mismo viernes con un concierto inaugural a cargo de los pianistas Barry Douglas y Cyprien Katsaris, miembros del jurado, que obsequiarán con piezas de Schubert o Haydn.

Las teclas están preparadas en el teatro, en la calle y en las viviendas de quienes quieren hacer más grande un clásico que aspira a más.