La defensa de la verdad y asumir la historia son las dos soluciones que propone el escritor Juan Eslava Galán frente a aquellas autonomías que "quieren desgajarse" de España y que, según lamenta, están "reescribiendo una historia absolutamente falsa" con historiadores "preservados".

Con la idea de "reaccionar reivindicando" la verdad y la historia española, ha acudido Eslava Galán a un encuentro con periodistas en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, donde participa en el curso "La novela al rescate de la historia de España", un pasado que, a su juicio, no debe ser un motivo de vergüenza.

El escritor cree que el culto a la bandera y a las gestas imperiales provocaron "por reacción", en el fin del franquismo, que las fuerzas liberales se fueran "por el sistema de un péndulo" al extremo opuesto. "Atacar la bandera, las glorias imperiales y avergonzarnos de nuestra historia", ha apuntado entre esas reacciones.

Pese a que considera que "llueve sobre mojado", Eslava percibe que la bandera española "ya se empieza a reivindicar", por ejemplo, apareciendo "en muchos balcones", algo que hasta ahora era tildado "de fachas", tuviera o no tuviera el escudo constitucional.

En su opinión, la bandera española es tan "gloriosa" como lo puede ser cualquier otra, entre las que ha citado la de Francia. "¿Por qué tenemos que avergonzarnos?, se ha preguntado el escritor, quien apuesta por "asumir la historia y la verdad".

En este punto, ha opinado que en algunas autonomías, donde predomina la idea "de separarse del elemento español", están escribiendo "una historia absolutamente falsa", a sabiendas de que lo es.

Una historia y actitudes que, según Eslava, se están inculcando a los niños por medio de la educación, una competencia "desgraciadamente" cedida a las comunidades autónomas, con un paralelo cercano a "las juventudes hitlerianas".

Juan Eslava (Jaén 1948), que ve el presente español como una etapa "prolífica" para la novela histórica, considera que la "gran eclosión" del género se produjo en 1976 con la aparición de la "fantástica" serie de la BBC inglesa "Yo Claudio", coincidiendo con la publicación de "El nombre de la rosa", de Umberto Eco.

Tras lamentar que España tiene un problema de "escasez" de divulgadores históricos y que el ámbito académico español "vive enclaustrado" en su propio mundo y escribe "para los colegas", ha señalado que ese espacio que "queda vacío" lo están ocupando los novelistas históricos que responden a esa demanda social.

También se ha referido a la igualdad entre hombres y mujeres en la novela histórica y su creación, en la que considera que hay un "50 y 50 por ciento" en cuanto a escritores y escritoras.

Ellas, ha dicho, están "reivindicando con gran éxito" figuras femeninas del pasado que "hasta ahora eran negadas".