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El día que abuchearon a Bob Dylan: así cambió Newport la música para siempre

El 25 de julio de 1965, el comprometido Bob Dylan saltó al escenario de Newport con una Fender Stratocaster que transformó su forma de hacer música para siempre

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Patricia Blázquez Serna
TwitterRedactor de COPE

Tiempo de lectura: 3'Actualizado 22 feb 2021

Ya desde sus inicios, Bob Dylan fue un hombre que nunca pasó desapercibido en todos los ámbitos de la palabra. Ya fuera para bien o para mal. Siempre fue un hombre con mucho carácter y eso quedaba reflejado no solo en sus canciones, sino también en sus actuaciones. La crítica lo adoraba y el público también, no solo por esa forma tan suya de ser, sino por los mensajes que había en su música.

El gran cambio en su carrera vino influido por bandas como The Beatles o Rolling Stones. Grupos que no dejaban de cosechar éxitos, momento en el que Bob Dylan consideró que debía evolucionar. Y con él, la forma en la que hacía su música. Aparcó su guitarra acústica y dejó de hacer el folk que todos adoraban, a hacer un folk rock, influenciado por estos grupos. Este cambio, si bien fue adorado por muchos, para otros fue considerado una “traición”.

Bob Dylan en concierto, en 1970

Bob Dylan en concierto, en 1970

Reflejo de ello es el tradicional Festival de Newport de música folk. El 25 de julio de 1965, hace hoy exactamente 55 años. Esta iba a ser la tercera aparición de Dylan en el festival de folk, que los años anteriores le habían ayudado a dar a conocer esa figura comprometida con los movimientos sociales estadounidenses.

Sin embargo, aquella noche Bob Dylan decidió abandonar su querida guitarra acústica y saltó sobre el escenario de Rhode Island con una guitarra eléctrica. Atrás quedó su música social y comprometida. Sobre el escenario, los asistentes pudieron ver a un Bob Dylan con una chupa negra y guitarra eléctrica, rodeado por una banda de rock compuesta por Mike Bloomfield a la guitarra, Al Kooper y Barro Goldberg en en el teclado, Jerome Arnold al bajo y Sam Lay en la batería. Una auténtica banda de rock.

Y si bien Dylan siempre ha sido un cantante que se ha definido como alguien que “ha hecho lo que le ha dado la real gana”, muchos de sus seguidores esa noche no comprendieron aquel extraño cambio. Y con ello, vinieron los abucheos.

La versión rockera de Maggie’s Farm, no contentó a los asistentes y desde que comenzó la música, los abucheos fueron constantes. El segundo tema que interpretaron, Like a Rolling Stone tampoco mejoró la situación. Probablemente, su grito de desafío “¡Como un Rolling Stone!” tampoco calmara los ánimos, ni del público ni de la situación, y no sirvió para calmar los nervios, que tras tres canciones, estaban a flor de piel.

Según contaron algunos medios americanos, algunas personas bailaron, otras lloraron. Vitoreaban, estaban abrumadas y, mayormente, enfadadas. Una vorágine de reacciones que no pasaron desapercibidas pero que no consiguieron romper a aquel extraño cantante con botas negras y cazadora de cuero que se encontraba sobre aquel escenario. Unos abucheos que se alargaron durante más de un año en muchos de sus conciertos, hasta que el público comprendió que de nada servía criticar. Simplemente estaban presenciando el cambio radical al que había comenzado a someterse su estrella del folk.



Quince minutos

Ese fue el tiempo que Bob Dylan y su banda estuvieron sobre el escenario de Newport interpretando las canciones de Dylan con aquella versión rock. Quince minutos. Tuvo que ser el presentador del evento, Peter Yarrow, quien le pidiera que alargara su actuación de alguna forma. Reticente pero comprometido, Dylan tomó de nuevo su guitarra acústica e interpretó dos temas más.

Aquel fue el último deseó que Bob Dylan quiso conceder a todos aquellos que abuchearon su música aquella noche. Porque, desde aquel episodio, aquel caluroso 25 de julio de 1965 en el Festival de Newport, el mundo podía contemplar la forma en la que el comprometido Dylan, con sus canciones llenas de mensajes pacíficos, había desaparecido del mapa. Aquella noche se dio paso a un Dylan alternativo. Diferente para muchos y un gran y nuevo descubrimiento para otros.

Se trata de un episodio que nunca será olvidado y que ha conseguido pasar a la historia de la música bajo el nombre “Controversia eléctrica de Dylan”. Un episodio que, por unos motivos u otros, sirvieron para abrirle las puertas del mundo. Algo que sirvió para que el propio Dylan cambiara la forma en la que él mismo veía a sí mismo a su arte. El Festival de Newport ha pasado a la historia de la música.

Y todo comenzó porque aquella noche enchufó aquella Fender Stratocaster que cambió el rumbo de su carrera para siempre.

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