Los documentalistas Tizza Covi y Rainer Frimmel se han sumergido en el mundo del crimen para rodar su próxima película, que da voz a un expresidiario condenado por un asesinato que no había cometido.

Los realizadores, que han sido galardonados con el Premio de Honor del Festival Internacional de Cine de Gijón, han anunciado que en los próximos meses estarán abocados al montaje de las escenas que han filmado en distintos escenarios de Viena.

La película busca desentrañar las claves de la justicia y de la injusticia en el submundo del hampa y en el ambiente carcelario a partir de la investigación del caso de un hombre inocente que cumplió 10 años de prisión.

La pareja de cineastas ha tomado como punto de partida un crimen cometido en los años 60 del siglo pasado en Viena que en su momento conmocionó a la sociedad austriaca.

En una rueda de prensa celebrada hoy en el Festival de Gijón, donde además se exhibe una muestra retrospectiva de su obra, los autores han reconocido que con este trabajo cambiaron el registro de sus películas de no ficción anteriores.

Covi y Frimmel han asegurado que la mayor dificultad para esta película fue encontrar décadas después al protagonista de la historia, un expresidiario, con la única referencia del tamaño enorme de sus manos.

"Nos habían dicho que era un hombre grande con unas manos enormes y que solía ir a un mercado a comprar comida para los cerdos que criaba", ha dicho Covi.

Con esos datos, la pareja concurrió durante meses al mercado hasta que dio con él, aunque "lo más difícil fue ganarse su confianza".

"En la película, es él quien cuenta su historia, y nosotros no nos posicionamos sobre si lo que dice es verdad o mentira, lo que importa es su testimonio", han explicado.

El cine de Covi y Frimmel se ha caracterizado por situar la cámara como un espejo en el que se proyectan los personajes que se interpretan a sí mismos.

Los cineastas, que se conocieron siendo estudiantes en una Escuela de Fotografía de Viena, desarrollaron desde 1996 una carrera conjunta en el arte y el cine, orientada fundamentalmente al retrato de las minorías.

Sus primeros trabajos fueron reportajes fotográficos, que evolucionaron hacia el cine al darse cuenta que a esas imágenes les faltaban las palabras.

Durante 20 años se han centrado en mostrar el mundo de los circos, al que consideran como "una metáfora de la sociedad actual en la que solo los grandes triunfan".