Esther Gómez

Un festival, el Castlepark en Marenostrum Fuengirola (Málaga); dos zonas separadas para bailar, con mascarilla pero sin distancia social; y unos 2.000 asistentes dispuestos a darlo todo, se reunieron este domingo en el primer concierto gran formato de Andalucía que permitió al público estar de pie.

El cincuenta por ciento de los asistentes era extranjero o de otras provincias, ha confirmado a Efe el promotor del concierto, Jason Lima, que se ha mostrado satisfecho con el que considera un ensayo general para el futuro.

A las cinco de la tarde se abrieron las puertas del recinto y comenzaron a llegar -test negativo en mano- los primeros asistentes para disfrutar del encuentro de música electrónica en el que la disyóquey (DJ) y cantante moscovita Nina Kraviz partía como cabeza de cartel.

Completaban el cuadro de este ensayo general de concierto masivo, el disyóquey madrileño Héctor Oaks y el alicantino Paco Guillén, quien auguraba en redes sociales una vuelta a la escena más electrónica al referirse a este evento.

LOS PRIMEROS TEST, POR LA MAÑANA

La actividad en torno al festival comenzó por la mañana temprano con la realización de los primeros test de antígenos a quien al personal y a los asistentes más madrugadores, tal es el caso de Lidia Ramírez y Gabriela Richarte.

Lidia y Gabriela quisieron evitar aglomeraciones y sorpresas de última hora por lo que se acercaron hasta uno de los hospitales de campaña, situado a menos de un kilómetro del recinto, poco antes de las 10:30 de la mañana.

Al llegar, mostraron su entrada, facilitaron sus datos, se hicieron el test y tras los quince minutos de rigor, recogieron el resultado con el que -al ser negativo- les entregaron una mascarilla y una pulsera asociada a una de las dos zonas burbuja en la que podrían moverse con total libertad, aunque sin quitarse la mascarilla.

A la salida enseñaban orgullosas sus pulseras y se mostraban complacidas con la que les ha parecido una gran iniciativa ya que les transmitía tranquilidad y confianza de encontrarse en "un entorno seguro.

Un centenar de personas entre sanitarios, azafatas y seguridad, conformaban el dispositivo responsable de los test de antígenos que estuvo abierto hasta las nueve de la noche y con ello atender a los más rezagados.

SÓLO 33 POSITIVOS

A la hora de comienzo del concierto se habían hecho 1.726 pruebas y sólo 33 dieron positivo; a estos últimos se les aplicó el protocolo sanitario pertinente que incluía, entre otros, la devolución del importe de su entrada, explicaron a Efe desde la organización.

La mayoría de los usuarios no pusieron pegas para hacerse una prueba que algunos de ellos ya se habían realizado antes, y muchos estaban encantados a pesar de tener un poquito de miedo, comentaba a Efe la responsable del equipo sanitario, Paqui Muñoz.

No se trata de plantear si este tipo de eventos debe o no realizarse, sino de cómo deben realizarse, explicaba el primer teniente de alcalde y concejal de Cultura del Ayuntamiento de Fuengirola, Rodrigo Romero.

Para Romero hay manera de hacer las cosas bien, con seguridad y garantía y el este concierto ha sido el resultado de la experiencia tan fantástica de la pasada edición de Marenostrum y de un año de trabajo donde el objetivo ha sido buscar la mejor manera de desarrollar este tipo de eventos.

El edil del ramo considera que con el protocolo implementado en esta ocasión, que pretende minimizar el riesgo de contagios y garantizar al máximo la seguridad, se solucionan los problemas asociados a la celebración de conciertos gran formato surgidos con la pandemia.