La localidad de Castell-Platja d'Aro (Girona) rinde desde hoy homenaje en forma de exposición colectiva a la imprenta Polígrafa, que se convirtió en editorial especializada en arte en 1965 y entre cuyos primeros libros aparecían piezas de Picasso o Miró.

La Masía Bas de Castell-Platja d'Aro (Girona) acogerá hasta el próximo 12 de septiembre esa muestra, que se ha inaugurado este sábado y que incluye una selección de sesenta litografías, aguafuertes, fotograbados, aguatinta y monotipos de treinta creadores.

Además de Miró, la exposición incluye nombres como los de Antoni Tàpies y Eduardo Chillida o como los de Jaume Plensa, Perejaume o Joan Brossa.

El fallecimiento hace un año y medio del alma de Polígrafa, Joan de Muga, ha impulsado la puesta en marcha de esta muestra, que ha inaugurado este viernes su hija Patricia, actualmente al frente de la empresa barcelonesa.

Patricia de Muga ha elogiado la figura de su padre y también de su abuelo, que fueron los que dieron el salto de imprenta familiar a editorial para, posteriormente, poner en marcha también una galería.

"Aquí tenemos una selección de autores que trabajaron con ellos y con los que establecieron unos lazos de amistad", ha manifestado, para insistir en que el proyecto "sigue vivo".

Polígrafa se convirtió en su nacimiento en una de las pocas editoriales de Europa que trabajaba directamente con los artistas en un mercado que, en aquel momento, copaban al 90 por ciento las empresas estadounidenses.

Esta empresa española invitaba a autores nacionales y extranjeros a trabajar sobre la plancha original que, una vez reproducida, se destruía.

Artistas como Calder, Motherwell, Henry Moore, Francis Bacon, Helen Frankenthaler o Christo pasaron por los talleres de Barcelona y entablaron relación con sus propietarios, Manuel y su hijo Joan de Muga.

A Manuel lo convenció su amigo Joan Prats, conocedor de todo este mundo, para que transformase la imprenta familiar en una editorial especializada en arte contemporáneo.

Su hijo Joan se unió pronto a la compañía, que inició un proceso de internacionalización hasta consolidar su expansión con libros y obra gráfica original numerada y firmada.

Una de sus primeras publicaciones incluía parte de la creación de Picasso, Miró y Tàpies, éste último poco conocido entonces fuera de círculos especializados.

Joan de Muga se ganó fama de entablar una relación de complicidad con los artistas, a los que daba libertad total para generar proyectos que han merecido elogios por su espectacularidad.

Los creadores explicaban de él que siempre estaba dispuesto a ayudarlos y promocionarlos al difundir sus obras por las ferias más importantes del mundo.

La exposición-homenaje a los De Muga se estructura en diferentes salas dedicadas a las diferentes disciplinas en que trabajó Polígrafa como la de Arquitectura y Arte, en la que es protagonista el venezolano Carlos Cruz-Díez con sus litografías y grabados, aunque aparecen también el español Felipe Pantone y el uruguayo Marco Maggi.

Una de las sorpresas de este ámbito es un fotograbado del equipo de RCR, el despacho de arquitectos de Olot (Girona) que ganó en 2017 el Pritzker, considerado el premio nobel de esta disciplina.

El grabado merece en todo caso un espacio propio, ya que Polígrafa ha trabajado en él a lo largo de cincuenta años, e incluye obras del cubano José Bedia y el chino Wang Huai-Qing, junto a otros artistas entre los que sobresalen Jaume Plensa y Eduardo Chillida.

La sala 'Mujeres' tiene que ver con el respaldo que Joan de Muga ofreció siempre a las creadoras y, por ello, aparecen obras de Gloria Muñoz, Leiko Ikemura, Laure Prouvost, Liliana Porter y Regina Giménez.

La última recuerda la galería que Joan y su padre abrieron en 1976 en Barcelona con el nombre de Joan Prats y por el que pasaron exposiciones de Miró, que ocupa un lugar destacado en la Masía Bas, Tàpies, Calder, Wifredo Lam, Max Erns, Muntadas o Joan Pons. EFE

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