Jose Oliva

La Barcelona de Montalbán llora desde este miércoles al padre del comisario Montalbano, el escritor italiano Andrea Camilleri, fallecido en Roma a los 93 años.

La Editorial Salamandra, que publicó en España la mayoría de las obras de Andrea Camilleri, ha lamentado la muerte del escritor, una "de las voces más auténticas" de la literatura internacional y asegura: "Con tristeza conocemos la noticia sobre la muerte del incomparable Andrea Camilleri, uno de los autores más amados de nuestro catálogo".

Duomo ediciones se ha sumado al pesar de la familia de Andrea Camilleri y a los millones de lectores que hoy recuerdan al maestro de la narrativa italiana; y ha confesado que ha sido "un auténtico honor" haber publicado "Mis momentos" (2016), su libro de memorias, y "La liebre que se burló de nosotros" (2019), un título para todas las edades con doce cuentos autobiográficos sobre sus animales preferidos.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha escrito en twitter: "Buon viaggio caro Camilleri" y subraya que "la Barcelona negra de Montalbán y (Paco) Camarassa te despide con amor y respeto". Y añade: "Desde este rincón del mar Mediterráneo seguiremos defendiendo la vida y la esperanza frente a los discursos del odio".

En su última visita a Barcelona, en febrero de 2014, Camilleri, entonces con 88 años, protagonizó una multitudinaria conferencia de prensa horas antes de recibir el Premio Pepe Carvalho, y confesaba entonces que no veía cercano el final de Montalbano, porque a su personaje le aterraba la perspectiva de la jubilación: "Se ve a sí mismo paseando el perro de Livia, su mujer", repuso.

Emocionado, Camilleri, que rara vez salía de su Sicilia natal, aseguró que accedió a viajar a Barcelona por el "eterno agradecimiento" que tenía hacia Manuel Vázquez Montalbán, una gratitud que hizo extensiva al alcalde de la ciudad, a la viuda y al hijo del escritor barcelonés.

"Pepe Carvalho no representó nada para mí, es solo un personaje", había anotado con humor, pero "Manual Vázquez Montalbán es un gran escritor que ha representado muchísimo para mí", confesó.

Los recuerdos se atropellaban cuando evocó que al escribir su primera novela histórica, "La ópera de Vigatá", leyó "Asesinato en el comité central" y no sabía todavía que se dedicaría a la novela negra, pero pensó que si alguna vez lo hacía, escribiría así.

Al cabo de un tiempo leyó "El pianista" y su audacia narrativa le permitió desencallar su primera novela policíaca, a cuyo protagonista llamó Montalbano en reconocimiento a Vázquez Montalbán y aprovechando que se trataba de un apellido corriente en Sicilia.

"El personaje de Vázquez Montalbán tiene muchos puntos comunes con mi Montalbano", reconoció Camilleri, quien advirtió que "si vivieran en la misma casa, no estarían muy cerca".

La fina ironía dejó perlas como que quería "denunciar las recetas de Pepe Carvalho ante el Tribunal de la Haya por genocidio".

Cuando le preguntaron por su promiscuidad creativa, Camilleri volvió a recurrir a aquellas largas conversaciones con Vázquez Montalbán: "detrás de la escritura no está el artista que busca la inspiración, sino el resultado de un ejercicio constante y diario".

Las palabras del escritor barcelonés resonaban entonces en boca del siciliano: "escribes bajo la dictadura de ti mismo; luego viene la fase de corrección; y, como el queso o el vino, la maduración y el envejecimiento antes de una nueva fase de corrección, hasta obtener al final la novela", una manera muy gastronómica de entender el proceso creativo literario.

Los paralelismos entre los dos autores, el barcelonés y el siciliano, son interminables: ambos llegaron a la novela desde otros estratos de la creación, el primero desde el periodismo y el ahora fallecido desde el teatro; y los dos eran confesos de izquierdas, como recordaba el librero y fundador de BCNegra, Paco Camarasa.

Los tres podrán hablar ahora de novela negra, de la vida, de la muerte y de poesía en el más allá. EFE.