CONTAMINANTES
¿Es peligroso para nuestra salud chupar las cabezas de las gambas?
Los metales pesados contaminan la carne del marisco, fundamentalmente en sus vísceras, que son de color oscuro y se localizan en la cabeza en el caso de gambas
Barcelona - Publicado el - Actualizado
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Cada vez tenemos que tener más cuidado al comer algunos tipos de pescado, marisco y verduras, pero el pánico no es la mejor receta. Esquívalo estando informando: riesgos de algunos de los alimentos más habituales en nuestra mesa.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) hace las siguientes recomendaciones para el consumo:
Nada de atún rojo, pez espada, lucio o tiburón (tiburón es el cazón o la tintorera) para embarazadas o mujeres que deseen quedarse embarazadas y niños menores de 3 años.
Para niños de 3 a 12 años, se recomienda no superar los 50 gramos semanales de estos pescados (el equivalente a media ración). Estas restricciones solo se refieren a estas especies de gran tamaño y no afectan a la cantidad total de pescado en la dieta.
Ni espinacas ni acelgas para menores de 1 año. En caso de que se incluya alguna de estas verduras en la papilla, no debe superar el 20% de los ingredientes.
En el marisco, limitar el consumo de la carne oscura, localizada en la cabeza de gambas, cangrejos, centollos y similares.
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Cadmio: en la cabeza de la gamba
El cadmio es un metal pesado que se encuentra de forma natural en minerales de cinc, cobre o plomo, por lo que es un subproducto inevitable en las actividades mineras relacionadas.
Sus muchas aplicaciones industriales y agrícolas aumentan su presencia en el medio ambiente. Además de como resultado de quemar combustibles fósiles e incinerar basuras, el cadmio es una de las consecuencias de la metalurgia y el uso de fertilizantes a base de fosfatos.
Su presencia en las aguas marinas contamina la carne del marisco, fundamentalmente en sus vísceras, que son de color oscuro y se localizan en la cabeza en el caso de gambas, langostinos, cigalas...
Desechar la cabeza del marisco
Las recomendaciones de la AESAN incluyen limitar, en la medida de lo posible, el consumo de la carne oscura de los crustáceos, es decir, las cabezas de gambas, langostinos, cangrejos... Comer estas partes del marisco de manera habitual puede conducir a una exposición inaceptable de cadmio.
Aunque todavía no hay recomendaciones al respecto, es sabido que el cadmio también se deposita en las vísceras de los animales, las algas y las setas silvestres, por lo que es conveniente no abusar de ninguno de estos alimentos.
Comer pescado pero ser selectivos
Las recomendaciones sobre ciertos alimentos no deben generar alarma ni extremismos. Una dieta rica en pescado va a seguir siendo buena para nuestra salud cardiaca, así como para el desarrollo embrionario y el crecimiento de los niños. El pescado aporta proteínas de alto valor biológico, vitaminas A, D y B12, yodo y selenio, por lo que es necesario incluirlo en la dieta.
Sin embargo, conviene controlar nuestro consumo de algunos pescados, especialmente los que suelen contener mayores niveles de mercurio, como el atún, el lucio, el pez espada o emperador, el tiburón y el pez panga.
Estas reglas son válidas para todos, aunque especialmente para embarazados, niños, mayores y otros colectivos sensibles. Conviene también recordar que en el análisis de filetes de pescado realizado por la OCU, se encontraron sustancias contaminantes en el pez panga y la perca.