Cataluña vuelve al primer plano de la actualidad, a medida que se acerca la constitución del parlamento autonómico y se mantiene el desencuentro entre los partidos separatistas. Habrá que ver si finalmente ERC y el PDCat llegan a un acuerdo para recomponer su coalición, aunque dependerán de los antisistema de la CUP para hacer valer una mayoría independentista en el Parlament. Lo que de verdad está en juego es hasta qué punto están dispuestos a renunciar a su proyecto de secesión, que provocó la aplicación del artículo 155 de la Constitución. El futuro de Cataluña, su estabilidad y concordia, depende de que se a partir de ahora se haga política en el cauce de la ley, que asegura la pluralidad e impide la imposición y la arbitrariedad.

En este sentido es importante lo que el líder de ERC, Oriol Junqueras, manifieste hoy ante el Tribunal Supremo durante la vista para resolver su petición de excarcelación. No se trata sólo de que acate formalmente la legalidad basada en la Constitución, sino que es importante conocer si renuncia a la vía de la unilateralidad a la hora de gobernar en la legislatura que está a punto de comenzar.

Todo eventual diálogo entre el Estado y la futura Generalitat debe basarse en el respeto a la ley, como ha dejado bien sentado el Presidente del Gobierno. Por lo demás, la pugna por el liderazgo del conglomerado secesionista está lejos de haberse resuelto, lo que abre numerosas incógnitas.