J. L. RESTÁN | LÍNEA EDITORIAL
Cataluña: la hora de la claridad
La segunda respuesta del presidente Puigdemont al requerimiento del Gobierno sobre la declaración de independencia no ha ofrecido novedad alguna.
Tiempo de lectura:1Actualizado02 feb 2023
La segunda respuesta del presidente Puigdemont al requerimiento del Gobierno sobre la declaración de independencia no ha ofrecido novedad alguna. El presidente de la Generalitat insiste en su apelación al diálogo sin volver a la legalidad, con el añadido de una amenaza: que declarará la República de Cataluña si finalmente se tramita en el Senado la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
La respuesta del Gobierno ha sido inmediata: el sábado un Consejo de Ministros extraordinario abordará el envío al Senado de las medidas necesarias para restaurar el orden constitucional en Cataluña. El trámite durará al menos una semana, durante la que Puigdemont podría aún rectificar o bien culminar su chantaje al Estado de Derecho a pesar de sus catastróficas consecuencias.
El Gobierno tiene por delante la definición de las medidas que permitan defender el interés general al amparo de lo dispuesto por la Constitución, un proceso que está llevando a cabo en diálogo permanente con el PSOE y Ciudadanos para disponer del máximo apoyo posible en este delicado trance. Lógicamente, al final del camino asoma la convocatoria de unas elecciones autonómicas que ofrezcan todas las garantías legales. Firmeza, prudencia y paciencia son tres hilos que el gobierno y las fuerzas constitucionalistas deben trenzar pensando no sólo en pasado mañana, sino en un futuro de convivencia para toda España.
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