Abrió plaza un toro de gran clase y nobleza que pese a salir abanto, rompió a bueno en la muleta. Miguel Ángel Perera lo aprovechó a la perfección en una faena de mano baja y rotundo trazo. Tras una estocada entera caída, paseó el doble trofeo.

El cuarto sin embargo fue el lunar de la corrida. Siempre tendió a quedarse corto y a derrotar el llegar a los engaños. Perera estuvo solvente y saludó una ovación tras pasaportarlo.

Ginés Marín lidió un primer toro que tuvo un gran fondo, al que toreó a gran nivel por ambos pitones. Terminó por manoletinas y dejó una entera caída con la que el toro tardó en caer, lo que dejó el premio final para Ginés en una vuelta al ruedo.

El quinto fue un animal muy enclasado con el que Ginés dio una gran dimensión. Toreó con expresión y temple tanto en redondo como al natural. Un pinchazo hondo y una estocada entera dieron paso al corte de una oreja.

Andy Younes tuvo como primer oponente un astado encastado con el que se vio superado por momentos fruto de su poco bagaje. Se ovacionó al toro y saludó una ovación el torero.

Sin embargo, se desquitó con el gran sexto. Un toro de Jandilla que fue bavo en todos los tercios y que permitió al torero galo torear con mando por el pitón derecho. La gran duración del animal y su bravura total hicieron que se le perdonase la vida. Por su parte, Andy cortó las dos orejas simbólicas.