A estas alturas ya están todo el mundo al cabo de la calle de lo que pasó el domingo en el programa Chester de Risto Mejide que se emite en Cuatro. El invitado de ese programa era el columnista y escritor Arcadi Espada. Espada había escrito que si deja nacer a alguien enfermo, pudiéndolo haber evitado, esa persona deberá someterse a la posibilidad, de que el enfermo lo denuncie por su crimen, y también que sea la propia sociedad, que habrá de sufragar el coste de los tratamientos, la que lo haga. Dicho de otro modo, dejar a un niño enfermo o con Síndrome de Down nacer, legitima a ese niño o a la sociedad a ir contra las padres que han provocado esa decisión porque sale caro.

Risto Mejide le recordó a Espada lo que había dicho, hubo bronca y Mejide lo echo del plato.

El actor Santi Rodríguez, a Arcadi Espada: "El único enfermo eres tú"

El actor Santi Rodríguez contestó a través de sus redes sociales a Arcadi Espada cuando su artículo en contra de las personas discapacitadas vio la luz

Redacción religión 20 feb 2019 - 15:06

No voy a decir una sola palabra sobre el show que unos y otros han montado con una cosa tan seria. Pero hoy me ha cautivado una carta que ha escrito un padre con una hija con Síndrome de Down en el ABC. Se titula ¿Cuánto tengo que pagar por la vida de mi hija? El padre asegura que le preocupa que la idea de que las personas con Síndrome de Down suponen una carga inasumible para el “sistema”. En la actualidad en nuestro país viven aproximadamente 32.000 personas con Síndrome de Down. Todos ellos consumen y pagan su IVA al hacerlo, miles de ellos trabajan por cuenta ajena o (y alguno por cuenta propia) y tributan y cotizan al sistema, como pueda hacerlo yo mismo, y quiero pensar que usted.

Mi hija vivirá menos tiempo que la media de los españoles, mucho menos. Eso hará que usted no tenga que soportar sobre sus espaldas de cotizante sus 20 años de pensionista. No creo que usted sea mala persona, Sr. Espada, ni le tengo por un idiota. Sencillamente, creo que usted no ve más allá de usted mismo, y que carece de la capacidad intelectual suficiente como para entender el valor que las personas con Síndrome de Down, y en general las personas con Discapacidad Intelectual, le aportan a nuestro mundo.

Así acaba la carta. Y ahora añado yo: hay muchos que aseguran que la calidad de una democracia se mide por la capacidad de conseguir que todos sus ciudadanos sean libres e iguales. Los catalanes tiene que ser igual de iguales que los madrileños, igual de libres. El lema libres e iguales es discutible, pero en cualquier caso es un buen lema. ¿La igualdad no es también predicable entre los enfermos y los sanos? ¿Los discapacitados , las personas que tienen Síndrome de Down son menos iguales que los que leen a sesudos intelectuales franceses? ¿El valor de una persona está en función de lo que cuesta pagar sus cuidados? ¿O un solo hombre vale más que el universo entero?

Termino. Un beso para María que no me estará escuchando. María, tus abuelos Manolo y Marinés siempre te consideraron lo que eres: su mejor nieta, la persona más importante del mundo, el centro de la historia.