Dicen que es la criatura más bella, enigmática y esquiva de todas las que pueblan nuestra comarca. Su nombre, Graellsia Isabelae. Es una mariposa que se ha convertido oficialmente en el emblema del flamante Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama y a ella está dedicado el monolito que este miércoles han descubierto los Príncipes de Asturias en el macizo de Peñalara.   Un monolito que también contiene una escultura de un libro abierto que recoge la orografía de las cumbres del Guadarrama, de tal forma que una persona invidente pueda “palpar” el “skyline” de la Sierra.   Quedará así el 10 de julio para los anales de la Historia como el día en que se inauguró oficialmente ese Parque Nacional, una vieja aspiración que se remonta al siglo pasado.   Don Felipe y Doña Letizia, ataviados con ropa de sport en tonos beige, han felicitado a los presidentes de las comunidades autónomas de Madrid y Castilla y León, Ignacio González y Juan Vicente Herrera, quienes les han acompañado en la visita junto al ministro de Agricultura y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, así como Eduardo Martínez de Pisón, uno de los artífices del famoso PORN (Plan de Ordenación de los Recursos Naturales) y del director del Parque Natural del Circo, Cumbres y Lagunas de Peñalara y anfitrión del evento, Juan Vielva, quien ha dicho sentirse “como el padre de la novia. Entrego en el altar el Parque Natural del que he sido director durante años, del que me siento orgulloso como si fuera una hija, para que forme su propia familia en el seno del Parque Nacional”.   Ha sido un largo proceso no exento de polémica y modificaciones al texto inicial, cambios de gobierno incluido, para poder ver convertido en realidad el sueño de los “guadarramistas”. Aunque no ha convencido a todos, el Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama otorga la máxima protección a 34.000 hectáreas de terreno, más de 21.000 de ellas en la vertiente madrileña.