Puigdemont ha pasado ya dos noches en la cárcel de Neumünster después de ser detenido el pasado domingo cuando entró en territorio alemán con el objetivo de llegar a Bruselas. Su exvicepresidente, Oriol Junqueras, lleva desde noviembre recluido en la cárcel de Estremera. Los dos están acusados por el juez Llarena de rebelión y malversación. Uno decidió huir a Bélgica y ha sido finalmente cazado después de participar en una conferencia en Finlandia. El otro ha pedido su excarcelación y dijo ante el juez que la declaración unilateral de independencia fue simbólica. 

Pero, ¿qué diferencias hay entre las cárceles en las que ambos se encuentran? La cárcel alemana de Puigdemont fue inaugurada en 1901 aunque luego ha sido remodelada en 2004. La de Estremera fue inaugurada en 2008 y es la más moderna de la Comunidad de Madrid. 

La prisión de Neumünster está compuesta por 570 celdas, muy amplias y luminosas, mientras que la de Estremera tiene 1214 compartimentos de tan solo 11m2. Pero hay más: en Alemania, los presos disponen de talleres como carpintería o panadería. En Estremera, mientras, los presos cuentan con gimnasio y una piscina cubierta. El régimen de visitas impuesto por las autoridades alemanas es más restrictivo: disponen de dos horas mensuales para recibir visitas sometidas a un estricto horario y siempre bajo supervisión de los funcionarios de la prisión.  En Estremera, en cambio, tienen 40 minutos de visita a la semana y diez minutos de llamada. Una visita al trimestre puede llegar a ser de hasta seis horas.

En cuanto a la alimentación, la dieta alemana puede consistir en salchichas, embutido y pan, mientras que en Estremera los presos gozaron en Nochebuena de consomé y entrecot.  Puigdemont, pese a todo, puede estar contento. Según ha contado en 'Mediodía COPE' un abogado español que ha trabajado en esta prisión, es una cárcel mucho más tranquila que la de Luebeck, muy cercana a Neumünster, "donde se conocen escándalos entre presos, funcionarios y policía". Allí, además, están los reos más conflictivos.