Tras el lío de corrales matinal, la 'baraka' habitual de David Mora apareció en el primer toro de su temporada. El Núñez de Alcurrucén que sorteó en primer lugar cantó su clase y ritmo desde que tomó el capote. Y así continuó en el tercio de muleta. Sin forzar David en la tanda inicial, pronto le cogió la distancia y la velocidad que pedía el toro. A derechas firmó varias tanda de notable trazo y templanza. Al natural se embrocó más por la tendencia del animal de meterse un pelín por dentro. Un pinchazo previo a un estoconazo de perfecta ejecución se llevó la posibilidad de la oreja.

De líneas más redondeadas fue el colorado segundo. Éste de Alcurrucén fue el típico toro de este encaste. Frío de salida, se calentó cuando llegó al último tercio. Lo mostró en la primera tanda de la faena de Álvaro Lorenzo. Lo que antes era un animal siempre a la espera, rompió a embestir humillado y con emoción. Muy firme el toledano, atornillado al albero, intentando dejar la muleta en la cara para ligar los muletazos. Con dimensión en redondo y al natural también alargando la embestida del toro. Cuando el motor de la embestida comenzó a griparse y el de Alcurrucén comenzó a sarlir suelto, llegó un final en las cercanías. La posible oreja se esfumó por un pinchazo que enfrió los ánimos de los tendidos. La estocada que vino después resultó letal. La ovación premió al conjunto.

Más deslucido resultó el tercero. Un astado que tuvo prontitud y movilidad pero al que le faltaron mayores dosis de entrega. Luis David Adame inició la faena con varios pases cambiados por la espalda para después mostrarse muy voluntarioso pero también demasiado acelerado. Como queriendo demostrar mucho en poco tiempo. Nunca hubo comunión entre toro y torero por ninguno de los dos pitones. Una estocada caída tumbó al toro de forma fulminante.

La suerte de David Mora en los sorteos se evidenció de nuevo con el cuarto, un toro encastado que metió la cara con celo durante la perfecta lidia que ofreció José Antonio Carretero en los primeros tercios. Sin probaturas, el madrileño se echó la muleta a la diestra para ir desgranando tandas de mano baja y limpio trazo. El toro seguía el engaño hasta el final. Y hasta el final lo llevaba David. Al natural también mantuvieron ambos el diapasón de la intensidad. Actuación para reivindicarse ante un toro importante. Tras la estocada la oreja cayó por mayoría de pañuelos y méritos suficientes.

Cambió el hierro con el quinto. De El Ventorrillo el remiendo y manso su comportamiento. Lo intentó Álvaro Lorenzo en una faena tan larga como de escasos argumentos por las nulas prestaciones de su oponente. El pupilo de Fidel San Román no regaló ni una embestida potable. El toledano se lo quitó de enmedio de un feo bajonazo.

Se ovacionó al feo sexto. El más pesador y el de hechuras menos armónicas. La sugestión de la báscula. Éste sexto duró poco en el último tercio. El segundo de los hermanos Adame se mostró solvente mientras el toro se movió. Firme la planta y ligados los muletazos pero a la escasa entrega de su oponente. Después, el toro y la faena fueron a menos sin terminar de redondearse nada.

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FICHA DEL FESTEJO 

Valencia, miércoles 14 de marzo de 2019. 5ª de Feria. Casi un tercio de plaza.

Cinco toros de Alcurrucén, de correcta presencia aunque de desiguales hechuras y juego. De gran clase el primero; humillador el tardo segundo; un tercero con movilidad pero sin clase; notable el encastado cuarto; y un sexto a menos. Un remiendo de El Ventorrillo (5º), bien presentado y de juego manso.

David Mora, saludos y oreja.

Álvaro Lorenzo, saludos tras aviso y silencio.

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Luis David Adame, saludos y silencio