Concluyó la Feria de Ceret con una tarde repleta de emociones, de notables faenas, toros encastados y una afición que se lo ha pasado en grande. Triunfaron el diestro Alberto Aguilar y la ganadería de José Escolar. Solo la espada privó de la puerta grande a un gran Fernando Robleño.

Abrió plaza un buen toro de Escolar que tomó con nobleza y transmisión los engaños de Fernando Robleño. El madrileño se gustó en el toreo a la verónica y trenzó después una gran faena, con temple, expresión y oficio. Por el pitón derecho firmó los mejores pasajes de un trasteo que no tuvo rúbrica con la espada.

El segundo fue el toro más deslucido del sexteto del hierro abulense. Un animal que siempre se metía por dentro y que estuvo más pendiente de Alberto Aguilar que de los engaños que éste le presentaba. El madrileño se lo quitó de en medio pronto pese al posterior fallo con el acero.

Se ovacionó al tercero, un toro de gran trapío que desarrolló movilidad y buen son, especialmente cuando embistió por el pitón derecho. Robleño volvió a estar a un gran nivel. Entendió perfectamente al toro, lo toreó a la altura que éste requería y lo exprimió hasta el final. Pero de nuevo, se le apagaron los plomos en la suerte suprema.

La primera oreja del festejo cayó en el cuarto, un toro que rompió a bueno en la muleta. Le faltó un punto de humillación, pero tuvo  nobleza por ambos pitones. Aguilar aprovechó las cualidades del toro para estructurar una faena de intensidad creciente que tuvo buenos momentos tanto en redondo como al natural. Una estocada de efectos fulminantes puso en su mano el trofeo.

El quinto fue un animal muy en ‘albaserrada’, de cornamenta cornipasa y vareada anatomía. Se dejó el de Escolar pero muy a su aire, sin entrega. Robleño se fajó en un cuerpo a cuerpo del que salió vencedor a base de tragar mucho y sacar el escaso fondo que tenía el toro.

El sexto fue la guinda al notable encierro de Escolar. Un toro que empujó en varas y embistió con nobleza y casta en la muleta. Alberto Aguilar estuvo a su altura y realizó una faena de mando y precisión en los toques. Siempre por abajo, el toro era más agradecido y así lo entendió el madrileño. Hasta se gustó en varios cambios de mano como rúbrica de las tandas. Otra estocada de efectos rápidos le valió para cortar la oreja que le permitía salir a hombros.

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FICHA DEL FESTEJO 

Ceret (Francia), domingo 16 de julio de 2017. 4ª de Feria. Lleno.

Toros de José Escolar, bien presentados, encastados todos. Noble y de buen juego el primero; un segundo deslucido; manejables tercero y cuarto; agradecido el quinto; encastado y de gran juego el sexto, “Sevillano” de nombre, premiado con la vuelta al ruedo.

Fernando Robleño, saludos, saludos tras aviso y saludos tras aviso.

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Alberto Aguilar, silencio, oreja y oreja.