"Aprender siempre viene bien. Me gustaría saber más informática." A sus 54 años, Santiago Muelas lo tiene claro. Todavía le quedan muchas cosas por descubrir. Santiago disfruta cada día su trabajo en una empresa madrileña. Reparte el correo, pone el papel en la fotocopiadora, archiva documentos y, en definitiva, se encarga de tener todo engrasado y en su sitio para que la vida de sus compañeros sea más fácil. Un modesto empleo, a media jornada, que lo convierte en indispensable para los que lo rodean. Y, claro, eso llena mucho. Aún así, no se da por satisfecho y reconoce que aún le gustaría trabajar más.

Fue la Asociación Talismán la que descubrió el talento y la capacidad de sacrificio de Santiago. Allí tienen un programa de formación llamado "Creando oportunidades", que brinda eso, oportunidades, a todos los que, como él, tienen mucho que ofrecer si se les dan las herramientas para ello. Un proyecto para integrar en el mercado laboral a personas con discapacidad intelectual.

“Trabajar con ellos te enriquece profesionalmente. Le das valor a la empresa.”

Entre ellas, destaca Estefanía Rodríguez, que, como dice Santiago, "es muy buena profesora." Su trabajo es ayudar a los alumnos a formarse para esa vida laboral:  “No solo es importante insertar a los chicos en las empresas. Luego mantener el trabajo es complicado porque necesitan más habilidades.” Unas capacidades que no son puramente técnicas, van más allá: “nos hemos fijado en las habilidades sociales, resolución de problemas, relación con compañeros y también las competencias digitales.” Aprender a relacionarse con los compañeros, a ser uno más, uno que, como nuestro protagonista, mejora la vida de los que trabajan con él.

“Las relaciones son mucho más profundas, son más cariñosos…Te dan lecciones cada día.”

Por eso, es importante también formar a los nuevos compañeros, que aprendan a relacionarse con una persona con otro tipo de talentos, para que la experiencia sea igual de estimulante para todos. “Nosotros nos dedicamos a formar a las empresas para manejarse con personas con discapacidad. Es importante darle unas directrices de como relacionarse, así el trabajo fluye más fácil. La respuesta siempre es muy positiva. Y es verdad que el papel de la sociedad para incluir a personas con discapacidad es importante."

Sin el trabajo de gente como Estefanía, la vida de estas personas sería mucho más complicada. Gracias a ella, todos salen beneficiados, porque “trabajar con ellos te enriquece profesionalmente. Al final le das valor a esa empresa.” Pero el crecimiento no es solo a nivel profesional. Encontrar a un compañero o a un alumno como Santiago, es una suerte que pocas veces se tiene: “Las relaciones son mucho más profundas, son más cariñosos…Te dan lecciones cada día.”

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En la Asociación Talismán, desarrollan un modelo de formación adaptado a las características de cada alumno: “El abanico de edades es amplio. La edad mínima para entrar son 16 años y luego tenemos a personas de la edad de Santiago.” Les enseñan en función de los talentos que tengan y también de sus gustos: “Utilizamos mucho lo visual. Ellos tienen mucha memoria visual. Usamos fotos, vídeos…Ellos aprenden mejor con una conversación que con un texto escrito.”

Gracias a personas como Estefanía, el talento de Santiago y muchos otros como él es aprovechado por toda la sociedad.