Centroamérica vive "una de las crisis de refugiados más invisibles del mundo", derivada de la pobreza e incapacidad de los Estados, especialmente de Honduras, El Salvador y Guatemala, para detener el auge de las pandillas y la violencia que generan.Amnistía Internacional (AI) ha denunciado la situación de desprotección que impulsa a miles de ciudadanos del Triángulo Norte centroamericano a abandonar sus hogares para buscar, muchas veces, algo tan básico como su integridad física.La ONG lo ha denunciado en su último informe divulgado este viernes en Tegucigalpa "¿Hogar Dulce Hogar?: El papel de Honduras, Guatemala y El Salvador en la creciente crisis de refugiados".Los ritos de iniciación de las maras pasan por asesinar a una persona. Esa suele ser la última prueba. Entrar a formar parte de una mara es difícil, pero salir es prácticamente imposible.Las maras más conocidas son las de Salvatrucha y la Mara 18 y considera la abogada Claudia Interiano que “los jóvenes son los más afectados por las por estas bandas”. Y ha apuntado en 'La Tarde' que "en el primer trimestre de este año en El Salvador hubo 22 homicidios por día"."El Salvador es uno de los países más peligrosos del mundo", ha explicado la salvadoreña y experta en maras. Y cree que lo más complicado de todo es que incluso "la propia policía de El Salvador tiene miedo de las maras".Escucha en La Tarde a Claudia Interiano, especialista en bandas latinas