¿Te imaginas celebrar tu boda en pleno avión? Y más aún, ¿te imaginas que te casa el papa Francisco? Pues esto ha ocurrido en el vuelo que llevaba al Papa a la ciudad norteña de Iquique, en Chile. Los dos afortunados han sido una pareja de auxiliares de vuelo de la compañía aérea Latam. 

"¿Queréis casaros?, yo los caso, necesitamos un testigo"

Empieza el vuelo y antes de despegar, la tripulación le pide al Papa que se haga una foto con ellos. El Santo padre accede encantado y nada más terminar de sacar la instantánea, Carlos Ciufardi y Paula Podes Ruíz, dos de los auxiliares de vuelo se quedaron hablando con Francisco. Como ha explicado Carlos en 'La Tarde', de repente surgió en la conversación el tema del matrimonio: "Nos preguntó si estábamos casados por la Iglesia, pero le dije que lamentablemente no, porque en 2010, cuando se produjo el terremoto en Chile la mayoría de iglesias quedaron devastadas, y no podíamos casarnos, así que decidimos hacerlo por lo civil". El papa Francisco los sorprendió con su respuesta: "¿Cuál es el problema? Yo les caso ahora, si queréis casaros yo mismo lo hago, solo necesitamos un testigo". Carlos emocionado y patidifuso corrió en busca de un testigo. El afortunado fue Ignacio Cueto, dueño de la compañía quien acompañó a Carlos y Paula en el momento más importante de sus vidas.

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"Tomó nuestras argollas, y estuvimos hablando cinco minutos del matrimonio" comenta Carlos. Un momento mágico, que no se les olvidará nunca. El Papa completó el sacramento y mandó al Secretario General que hiciera el acta inmediatamente, quedó registrado, y firmaron los papeles correspondientes. Un hecho histórico, es la primera vez que un Papa casa a dos personas en pleno vuelo.

El Papa dio la noticia a todo el mundo, para sorpresa de los periodistas, entre los que se encontraba la corresponsal de COPE, Eva Fernández. "Cuando han salido, pensábamos que se habían emocionado por estar con el Papa, pero cuando han dicho que se han casado, hemos empezado a vitorear a los novios, con una sonrisa de oreja a oreja" cuenta Eva. Una historia difícil de repetir, que perdurará en el tiempo, como un momento mágico. ¡Que vivan los novios!