Es el caso del muñeco diabólico. Este muñeco parece parte del sistema pero cuando sus jefes y dueños se despistan, muestra su verdadera cara y rebeldía. “Chuki” es un perfecto ejemplo de lo que queremos decir. Porque en el fondo solo es un pobre chaval que no se conforma con el papel que le ha asignado la sociedad capitalista.

Coco, de Barrio Sésamo. Los títeres y marionetas siempre han lanzado mensajes a través de las historias que representaban. Por eso son un buen canal para afianzar algunos valores entre los más pequeños. O para explicarles ciertas cosas sobre la vida y la naturaleza.

Espinete. Otros títeres, sirven para enseñar a los niños a cómo pueden ayudar a su ayuntamiento en las labores de limpieza. Es el caso de Espinete. Limpiar, limpia poco. Pero tampoco puedes olvidar que se trata de un erizo de metro ochenta y color rosa que vive solo.

Rockefeller. Un rico magnate arrepentido que, harto de ser un “yonky” del dinero, ahora da consejos a los jóvenes.

La Rana Gustavo. También  podríamos preguntar a las marionetas por sus opiniones políticas. Por ejemplo, a la rana Gustavo. No olvidemos que se trata de un bicho que vive en Missisipi, tierra de conflictos raciales.

¿Y si la marioneta perfecta fuera la propia alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena? No te pierdas la propuesta de Jon Uriarte en La Tarde con Expósito.