La empresa que comercializaba este sistema era Artea Medio Ambiente y Jardinería, que ahora utiliza otros métodos más naturales y ecológicos. Sergio Álava, es ingeniero agrónomo y responsable de la empresa y ha considerado en 'La Tarde' que “es difícil acceder a este tipo de orín de lobo, pero en Canadá hay criaderos, pero en nuestro país de momento es complicado distribuirlo”.“Con estos repelentes los animales temen su olor y hace que se alejen de la zona dónde se derrama, como es el caso de las carreteras”, ha explicado Sergio Álava.Pero a la vez que utilizan repelentes para que huyan los animales, el ingeniero ha asegurado que “hacen lo mismo con los olores que les atraen, para que acudan a una zona que nosotros queremos”.Escucha al ingeniero agrónomo Sergio Álava en La Tarde