"No pienso decir otra cosa que la verdad" afirma Sócrates ante la Asamblea de Ciudadanos que le está juzgando por no creer en los dioses de Atenas y de proponer nuevos dioses. Y esa democracia en la que vivía hace más de dos mil años le condena a muerte. Es el eje de la obra de Mario Gas y Alberto Iglesias a partir de textos de Platón, Jenofonte, Diógenes, Laercio y Aristófanes.A ese Sócrates da vida un veterano de la escena, José María Pou, "todo el mundo conoce a Sócrates, el padre de la Filosfía  pero esta obra es también mirar al pasado a la democracia que condenó a muerte a Sócrates"."A los siete minutos del espectáculo digo los males de nuestra democracia (399 a.C.) son, corrupción, ocultación, partitocracia y en ese momento se produce un silencio en la sala a todo el mundo en la sala le corre un escalofrío por el cuerpo, estamos hablando de la democracia de hace 2.500 años y se convierte en presente, en actualidad" relata como si estuviera en escena Pou."Sócrates no cobraba ni un sólo drahma de sus clases, de sus charlas. Se sentaba en el poyete de cualquier plaza comenzaban a escucharle 15 personas  y terminaban 200- 300 personas. Lo que más me emociona del espectáculo es la enorme coherencia, la honestidad del personaje que le condenan a muerte y era práctica pagar para que no te mataran  y sus discípulos, sus seguidores consiguen juntar el dinero, pero él no quiso pagar". La obra no pasa por alto "la ironía socrática cuando compara a los hombres con los caballos, eso es impresionante e incluso ironiza con aquella frase que nunca dijo 'solo sé que no se nada' sino que hizo un juego de palabras , el oráculo dice que soy el más sabio de los hombres y lo dice porque los políticos, artistas y comerciantes que forman la élite de nuestra sociedad presumen sin saber y yo consciente de mi ignorancia, siempre he sabido que no sé nada por tanto, soy mucho más sabio" interpreta José María Pou."Se necesita más teatro, filosofía y literatura"