Llama la atención que un país como España, líder en donaciones y trasplantes de órganos se vivan situaciones así: “Soy donante vivo de órganos. La vida de mi hija dependía de que yo le donara parte de mi hígado. Así que me pedí unos días de baja y otros de vacaciones para poder desplazarme a Madrid y someterme a la operación. A una semana de la intervención, fui llamado al despacho del director de Recursos Humanos y me despidieron. Lo que más me dolió fueron sus palabras. Dijo: "Así podrá usted dedicarse mejor a cuidar a su hija'".  Esta es la situación de un padre de HEPA, la Asociación Española de Ayuda a Niños con Enfermedades Hepáticas y Trasplantados Hepáticos. Y no es un caso aislado. A unos les despiden, pero a otros les recomiendan que se pidan una excedencia, a otros les relegan de sus puestos, les bajan el sueldo.

"Hay un vacío legal importante y no se protege la figura del donante vivo. Cualquier persona que dona tiene la misma protección que la persona que se opera de una rodilla y solo tiene justificada su baja laboral en el periodo de ingreso por la operación, pero la donación de un órgano supone pruebas previas para comprobar la compatibilidad y que estás en condiciones óptimas físicas y psíquicas para poder donar que se alargan en el tiempo, el mayor problema para hacerse esas pruebas es que las empresas ponen problemas, se niegan a dar la autorización para ir al médico y les obligan a cogerse vacaciones", señala Luis Torres presidente de HEPA y no solo eso "se producen cambios de puestos,  se fuerzan excedencias y cuando se incorporan a su puesto de trabajo les cambian de ciudad y al final tienen que causar baja".

Denuncia el presidente de HEPA que "llevamos como organización funcionando  cinco años y el 60 por ciento de las familias de las personas que donan tienen problemas laborales serios y entre un 8 por ciento  y un 10 por ciento terminan en despido y la percepción que tenemos es que la situación va en aumento".

Esta situación está llevando a muchas familias a renunciar donar a sus propios hijos o hermanos ante el temor a ser despedidos. Lo que lleva a la siguiente pregunta, ¿cuánto tiempo es una baja de un donante? "En la donación de un riñón la baja es más corta porque la recuperación es más rápida, pero en la donación de hígado la baja es de cuatro meses en el mejor de los casos entre pruebas, operación, recuperación y siempre que no haya complicaciones" especifica Luis Torres que destaca el beneficio que supone para toda la sociedad las donaciones en familia "el hecho de que una persona pueda donar a su hijo o a su hermana, reducen la listas de espera, lo que ya supone un beneficio para todos y los donantes vivos van a una operación en las mejores condiciones y al enfermo se le reducen tiempos de hospitalización, que pueden durar años".